El último partido de Cipolletti como local en la temporada fue paradójico. Igualó 1 a 1 ante Madryn y logró el punto que lo deja en la misma categoría que en los últimos 12 años, pero muy lejos de su objetivo. Para colmo, en el medio hubo un corte de luz que derivó en que el encuentro finalizara pasada la medianoche.
Germán Weiner anotó el tanto de cabeza, tras una acción por derecha del pibe Maxi Carrasco, que reemplazó a Matías Carrera en el lateral derecho. Quizás esa sea la mejor noticia para Cipo en los últimos tiempos: siguen apareciendo pibes que están a la altura de la primera.
En el complemento, luego de la demora y con el resultado de Roca y Ferro puesto, ambos equipos cumplieron con el trámite y Madryn llegó al empate a través de Fabio Giménez, que aplicó la ‘‘ley del ex’’ y no lo gritó.
Más allá de que le queda un duelo ante Ferro para completar el fixture, ya es tiempo de balance para el Capataz. La temporada ya tuvo 25 partidos en 7 meses y el saldo es demasiado negativo para la ilusión que se genera cada vez que arranca un torneo.
El descenso consumado de Independiente de Neuquén y la situación apremiante de Deportivo Roca en los promedios pueden ser consuelo de algunos en las redes sociales, pero propios y extraños saben que quedarse con eso no tiene sentido y es incluso una trampa peligrosa.
De hecho uno de los saldos negativos de la temporada lo tiene en los clásicos, donde disputó 6 partidos contra el Naranja, perdió 4 y solo ganó 1.
Será momento de barajar y dar de nuevo para el Albinegro con Coronel como conductor y la posibilidad de armar su plantel desde cero. Como ha ocurrido en los últimos años, Cipo tuvo otra lección de lo que no tiene que hacer…
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