Federal A - CÍRCULO DEPORTIVO OTAMENDI

Amateurismo y sacrificios detrás de cada jugador

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Historias de vida del plantel que llevó a Otamendi y la Liga Marplatense a la tercera división del fútbol argentino.

"Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa" (Mahatma Gandhi)

Círculo Deportivo celebra por estas horas uno de sus momentos más hermosos con el ascenso al Torneo Federal "A" de fútbol, alcanzado el domingo pasado. Gol épico de Leonardo Alvarado en Río Gallegos, festejos alocados, avión y micro para que los héroes deportivos disfruten de una recepción inolvidable en Comandante Nicanor Otamendi, dicen que como nunca en aquel pueblo. Pero este logro contiene detrás de cada jugador e integrante del cuerpo técnico, diversas historias de sacrificio, dedicación plena,donde reinó el bien común por sobre el personal. Este plantel "Papero" dejó mucho en el camino para llegar a un objetivo que era impensado. 0223 saca a la luz aquello que poco se ve y rodea a la pelota.

Espíritu amateur

El fútbol del ascenso es un caldo de cultivo de historias inmensas de sacrificio y amor por la pelota. En las categorías inferiores de nuestro país, el fútbol es totalmente amateur. Cada jugador, si quiere vivir con cierta tranquilidad para mantener a su familia, está obligado a tener otro trabajo o profesión que lo sustente o complemente. Sucede en la mayoría de los deportes no profesionales. Pero en nuestro fútbol, a veces el contraste con los exorbitantes salarios que se pagan incluso en la B Nacional, es muy fuerte.

En Círculo Deportivo, desde sus figuras más importantes hasta los menos renombrados, todos repartieron sus entrenamientos en Otamendi con sus trabajos personales, estudios u otras ocupaciones. Sumados a problemas personales que también tuvieron que dejar a un costado. Y si bien el plantel contó con una base que vive en Otamendi o la zona, la mayoría está radicado en Mar del Plata y entonces recorrió diariamente 80 kilómetros -ida y vuelta-, con los relojes siempre ajustados.

Comenzando por el arco, el experimentado Sergio Del Curto (38 años) atiende en una farmacia. Más de una vez el capitán del equipo fue a entrenar o jugar un partido sin dormir por haber estado de guardia en la madrugada. A la vez, antes de la primera final con Boxing Club, tuvo una semana complicada, preocupado por la salud de su hija, que sufrió una infección urinaria acompañada de una fuerte gripe. Así y todo, el exKimberley jugó y custodió los tres palos de su equipo.

Como el propio jugador lo contó a 0223, Leonardo Alvarado fue el autor del gol del ascenso y que viajó a Río Gallegos con su madre internada en grave estado por una operación de un cáncer. La semana previa a la primera final, la acompañó a las sesiones de quimioterapia. Pese al poco descanso, también pidió ser convocado para aquel encuentro.

Nahuel Roselli fue el único que fue profesional en el plantel. Jugó en primera división para Quilmes y Newell's Old Boys de Rosario, y en Aldosivi, Atlético Tucumán, Temperley y Talleres de Córdoba en la B Nacional. Llegó a estar cerca de Boca Juniors. Vivió del fútbol 10 años, hasta que por cuestiones personales decidió radicarse definitivamente en Mar del Plata para estar cerca de su hija Camila. En el barrio Puerto, puso un local de venta de productos lácteos que él mismo atiende desde temprano. Luego, bolso en mano, a los entrenamientos para aportar su experiencia y terminar siendo uno de los puntales del equipo.

Enzo Astiz fue fundamental para esta campaña. Con 15 goles en 18 partidos, fue el máximo artillero del equipo. Pero el oriundo de Lobería (23 años) está a un paso de recibirse de abogado, un gran logro personal. Más de una vez pidió faltar a los entrenamientos para poder preparar un examen.

En la defensa, Joaquín Solaberrieta fue un acierto de Alexis Matteo cuando la última línea estaba desmembrada. El "Vasquito" llegó a préstamo de Kimberley y fue clave en la zaga. Particularmente, trabaja como mesero en la reconocida parrilla del recientemente fallecido "Gato" Mignini. Durante la pretemporada de enero, "volaba" hacia el restaurante, un clásico de la ciudad que estaba colmado de turistas y locales.

También estuvieron los que, en el medio de este campeonato, perdieron sus trabajos. Como Matías Leguizamón, el lateral izquierdo titular que trabajaba en el complejo ACA-YPF de Colón y Santiago del Estero, pero fue despedido. O el mediocampista Hernán Paicil, que atendía un kiosco. Tuvo una posibilidad cierta de ingresar al Casino Central, pero tenía que elegir entre seguir intentando ser jugador de fútbol, o trabajar.

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Sebastián Nieto, arquero suplente de Sergio Del Curto, también se quedó sin laburo. Era el encargado de un importante gimnasio que, tras cambiar de dueños, no lo volvió a contratar. Para su suerte, encontró otro sustento en un bazar al cual le dedica muchas horas y por el que también se perdió algún partido. Y utilizó días de sus vacaciones para afrontar este largo viaje a Río Gallegos.

Diego Hidalgo, el termómetro del mediocampo de Círculo, es kinesiólogo y tiene un centro de rehabilitación en Otamendi. El "Paisa" trasladó su vida en Mar del Plata al pueblo donde ya es uno más.

Otros jugadores, son laburantes de la calle. El lateral Alejandro Ferella -titular en la final del domingo pasado- trabaja cada mañana junto a su padre como repartidor de una empresa de productos químicos. O el volante Martín Prado, que acorde a su función en la cancha maneja un remis y recorre las calles de la ciudad.

El atacante Emanuel Ogas, está en una distribuidora de galletitas de la zona de Juan B. Justo y Champagnat de la cual inmediatamente salía y se iba con apuro al entrenamiento. Para poder jugar más de un partido se ha pedido días o licencias.

Semanas atrás 0223 contó la historia del jugador que más años lleva en el club, Esteban Fourcade, que trabaja en la Cooperativa de Electricidad de Otamendi y se encarga en una camioneta de las conexiones de internet y servicio técnico casa por casa del pueblo. "Poroto", anotó un gol vital en el partido de ida ante Boxing Club.

Otros jugadores también encontraron en Círculo Deportivo su lugar para relanzar sus carreras. Daniel Beguiristain volvió de la comodidad de Ibiza (España), donde cuidaba un yate, O Ramiro Rodríguez Acosta, pieza que terminó siendo clave en el juego desde el mediocampo, que pasó por las inferiores de Tigre y que quedó libre de Aldosivi cuando estaba cerca de firmar contrato. No había podido jugar el último semestre de 2018.

Por último respecto a jugadores, los otamendinos Silvio y Bruno Vedda, hermanos mellizos que por primera vez compartieron un plantel y cuyos padres son eternos colaboradores de Círculo. Bruno, lateral-volante derecho, volvió de Racing Club de Avellaneda, donde en 2017 llegó hasta la división reserva. Hoy, trabaja en la cancha de césped sintético del club como encargado. Y Silvio tiene "la" anécdota: cuando tenía 10 años, le vaticinó al directivo Leandro Ciprián: "yo te voy a sacar campeón a vos, y me vas a vender como jugador". Más de diez años después, con este título y ascenso, cumplió con el todavía dirigente.

También el cuerpo técnico ha hecho un gran sacrificio. El entrenador Alexis Matteo, exfutbolista y profesor de educación física, trabaja en el Colegio Alfred Nobel como coordinador. Su ayudante de campo, Juan Blaires, con pasado reciente en el periodismo deportivo como relator, aparte de estudiar rivales y preparar entrenamientos da clases en la Escuela de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino, y trabaja en un local céntrico de venta de instrumentos musicales. O el prepador físico Ariel Carli, profesor y preceptor en el Colegio Atlántico del Sur. Y el entrenador de arqueros Marcos Buenaventura, experiodista deportivo del Diario El Atlántico, hoy también operador de radio en FM del Sol.

La lista de esfuerzos es más amplia. Dirigentes serios, honestos y apasionados, encabezados por el joven presidente Federico López, acompañado de Leandro Ciprián que también dejaron sus actividades personales. Colaboradores, utileros, cancheros. Todos formaron parte.

La familia como base de todo. Un trabajo particular que sostiene y por ahí no gusta tanto. El trabajo que requiere gran sacrificio pero es la pasión. Círculo Deportivo transpiró adentro y, sobre todo, afuera de la cancha para llegar a ser un dignísimo campeón del Regional Amateur de fútbol. Nada fue casualidad. El esfuerzo tuvo su merecida recompensa. Las lágrimas de Río Gallegos descomprimieron. Las sonrisas de Otamendi cerraron un Círculo perfecto.