Federal A - SANSINENA

El refuerzo que jugó en River hasta que llegó Gallardo

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El pampeano Matías Montero hizo inferiores en Núñez, jugó un Mundial Sub 17 y vivió una linda experiencia en México. El volante central llega a Sansinena por recomendación de Emiliano "Pocho" Ortiz.

Lleva el potrero en la piel. En las reuniones familiares suele jugar junto a sus hermanos para el mismo equipo porque, según dijo, son tan competitivos que se "pelean o se matan a patadas".

Cuando nos juntamos, en reuniones familiares, se arman picados a muerte. No soy el mejor de la familia, pero tengo algunas virtudes que me enorgullecen. Ahora, la pandemia nos tiene un poco alejados", dijo Matías Montero, uno de los flamantes refuerzos de Sansinena para afrontar lo que queda del Federal A.

Tiene 26 años, nació en General Pico y es un volante central de buena técnica, lo que le valió ser considerado en River, donde transitó gran parte de su formación.

"A los 10 años, por esas cosas raras que tiene el fútbol, pasé por la CAI de Comodoro, pero estuve apenas cinco meses y volví a General Pico. De ahí, mi hermano mayor (Juan), que jugaba en la categoría ’92 de River, me lleva a una prueba. Por suerte salí bien parado", cuenta Montero.

El desarraigo no lo afectó a este pampeano –categoría ’94- de buenos modales, que logró llamar la atención del por entonces coordinador Gabriel Rodríguez.

"De esa camada salieron Lucas Ocampos (actualmente en Sevilla), Federico Andrada, que era el goleador, y Emmanuel Martínez (Barcelona de Guayaquil), entre otros. Nos dirigía Juan José Borrelli. Teníamos un muy buen equipo, salimos campeones y esos jugadores trascendieron", recordó Montero.

"River te da todas las posibilidades, no te falta nada. Mejoré mi capacidad física y mental. Estuve de 2007 a 2012, hasta firmé contrato profesional", contó.



—¿Cómo llegás al seleccionado juvenil?

—En 2008, estando en la novena de River que jugaba en AFA. En el primer partido me convocaron y pasé por el Sub 13, 15 y 17. En el Sub 15 jugué el Sudamericano de Bolivia, pero el del Sub 17 me lo perdí por una lesión. Igual era parte de esa camada y sabía que me iban a convocar para el Mundial.

—El Mundial que gana México.

—Le gana la final a Uruguay (2-0). Había buenos jugadores. Recuerdo que Leandro Paredes, uno de mis espejos, no viajó con nosotros. Igual nos habíamos preparado bien. Creo que nos afectó la derrota del primer partido (0-3) ante Francia, porque clasificamos raspando como uno de los mejores terceros. Le ganamos a Jamaica (2-1) y perdimos con Japón (3-1).

"Fui titular en los tres partidos, pero en el último me expulsan, no pude estar en el cruce de octavos contra Inglaterra, donde igualamos 1 a 1 y caímos por penales".

—¿Siempre fuiste volante central?

—Arranqué de volante por derecha, hasta que Ricardo De Angelis me puso de volante central. Me gustó ese puesto porque tenés más panorama de cancha; me considero un volante mixto, aunque soy más creativo.

—¿Cuándo firmaste tu primer contrato?

—A los 16. Lo renové durante 6 años, hasta que llegó Marcelo Gallardo. Estaba entrenando con la Reserva, solíamos hacer de sparring con los jugadores de Primera.

"Gallardo venía con otra mentalidad, de lo que había vivido él como jugador de inferiores. Yo tenía 22 años, no encajaba en su propuesta de chicos más jóvenes, de 16 o 17 años".



—¿Tuviste alguna chance?

—Varios entrenamientos. Gallardo me había probado de marcador central por mi estatura (1,80 metro) en el equipo suplente. Ahí jugué el último año en el club; es un puesto al que me puedo adaptar sin problemas.

—¿De River te vas a México?
—A los Cajeteros de Celaya, por intermedio del "Chupa" Ariel López, quien era ayudante de campo. Estuve 6 meses entrenando en el primer equipo porque ya había cerrado el libro de pases. En el segundo torneo juego poco por falta de fútbol; entonces me prestan a Irapuato, cerca de Querétaro, un equipo de la tercera división.

"Jugué todos los partidos, llegamos a la final, pero faltando 10 segundos nos empatan. Fue algo increíble, ya éramos campeones. Alargue, otra vez los penales, como en el Mundial, y el resultado no deseado (risas).

"La vuelta a Celaya no fue lo mismo. Me quedaban dos años de contrato, pero el técnico, Ricardo Valiño, al que había tenido en las inferiores de River, me dice que no me iba a tener en cuenta. Rescindí el contrato, me volví al país en abril, con el mercado cerrado".



—¿Te fuiste a La Pampa?

—Sí. Fue mi primera participación en un torneo oficial de La Pampa. Jugué el torneo de interior para Racing de Castex, ganamos el Provincial. Fue una buena vidriera.

"Un amigo de Bahía (Guillermo Pacheco) me acerca una propuesta de Deportivo Rincón de los Sauces, donde había arreglado Emiliano Ortiz como técnico. Vio un video, le gustó y me llevó. Me afiancé, fue como un resurgir después de tantos parates. Y en el mejor momento, con un equipo que se estaba consolidando y ganando, llegó esta pandemia que nos frenó a todos".

—Y ahora aparece Sansinena.

—Por recomendación de "Pocho", quien le dio buenas referencias a Marco González. Soy consciente que voy a jugar un torneo de los más difíciles, pero tengo fe y confío en que puedo aportarle mucho al equipo.

—¿Habías jugado en Bahía?

—En inferiores de AFA, para River contra Olimpo. Me gusta el desafío, tengo amigos que me hablaron muy bien de los equipos de Bahía, que son muy competitivos.

—¿Qué podés aportarle a Sansinena?

—Me gusta el buen juego, ser salida permanente y asegurar el primer pase. Siempre tuve buena lectura, prefiero más ser acompañante del cinco de marca, pero todo dependerá de lo que me pida el técnico.

"Sansinena tiene un nombre ganado en la categoría. Vengo a aportar mi granito de arena".

—¿Marcaste goles de cabeza?

—Me lo preguntan seguido, por mi estatura. Pero no es mi fuerte, tengo más goles con remates de media distancia.



—¿Tu familia está pendiente de vos?

—Sí. Estoy viviendo con mi novia (Lucrecia González). Nos gusta la ciudad, no estamos adaptando.

"Mi padres (Ricardo y Sonia) viven en General Pico con mis demás hermanos. El mayor de ellos (Juan), quien jugó el torneo Federal con Ferro. Después están Facundo y Braian, que juegan en Costa Brava y Racing de Castex".

"Hoy no se puede viajar, la pandemia no lo permite, pero siempre estamos comunicados".

—¿A tu edad pensás que todavía podés jugar en un equipo de Primera?

—Uno siempre se ilusiona. Con continuidad y un poco de suerte todo puede ser. Incluso, hasta puede surgir otra chance de jugar afuera.

—¿Te quedó picando lo de México?

—Me quedó la espina de demostrar un poquito más. En Celaya no estaba en mi mejor estado, tuve que esperar para jugar, y me gustaría volver por una revancha porque dejé muchos amigos, gente conocida.

—¿En México son tan exigentes como acá en lo futbolístico?

—Sí. La diferencia es la hinchada, que va a la cancha a divertirse. Toman alcohol en los partidos, disfrutan del espectáculo. Es como un show, un divertimento. Acá se sufre mucho, es otra cultura.