Con gol de Gil, Olimpo ganó en Corrientes por la minima ante Boca Unidos.
En la previa se advertía que la lluvia podría ser un componente climático que concidionara el partido. Meteorología desaprobada: el sol y sus 35 grados sumados al altísimo porcentaje de humedad fueron los protagonistas de la tarde correntina. Y a juzgar por el resultado pero fundamentalmente por el desarrollo del partido, jugaron para Olimpo.
“Salimos a desgastar el partido”, fue la explicación de Walter Perazzo a esa primera media hora de poco vuelo, posesión de pelota repartida y ninguna situación de gol en el arco de Sessa. Y esa intención de guardar piernas pudo haber costado si Boca Unidos hubiera encontrado el gol, pero no lo hizo y la falta de compañía para Matías García dibujó un inicio de partido chato, pesado como el clima que se respiraba.
De la misma manera que en los primeros 30 Olimpo fue inofensivo (un poco buscado, otro poco forzado), los 15 posteriores a la expulsión de José Luis Villanueva fueron los más intensos en cuanto a generación de juego en campo rival. El Aurinegro explotó a más no poder el momento bisagra de la tarde que le permitió jugar a partir de los 32 con un hombre de más. Los laterales se proyectaron, Furios y Moiraghi se plantaron en mitad de cancha y la dupla Musto-Gil no volvió a complicarse con el obstáculo de García, el más claro de Boca Unidos, corrido al carril.
Momento clave de la tarde. Olimpo jugó una hora con un hombre más.
Varios minutos de constante merodeo cerca del área rival que no se pudo transformar en situaciones de peligro cerca de Sessa. Pero la variedad de recursos sigue apareciendo: lo que ante Sarmiento se destrabó a través de pelota parada, hoy fue con un remate de media distancia. Después de algunos intentos fallidos de Bou, probó Gil en una de las últimas del primer tiempo y la clavó en el ángulo derecho (¿se desvió en un defensor?).
La evasión del desgaste físico, el empujón del destino que significó la roja al 9 rival y el gol del Colo sentenciaron el partido. Si en igualdad de condiciones es difícil convertirle al Aurinegro, las contingencias de esta tarde insinuaban a un posible empate como un rotundo fracaso. No había camino lógico para no ganar, y el técnico del rival apostó a la presencia de un grandote como Toledo en lugar de un revulsivo como García. Jaque Mate.
Un par de faltas cerca de Champagne coquetearon con el fantasma del azar del fútbol, pero esos tiros libres no llegaron ni a susto. Sí quedó la sensación de que un segundo gol hubiera ahorrado nervios y amarillas (¿Musto llegó a la quinta? Según los registros de Aurinegro Web y otros colegas sí, según el boletín oficial de AFA no). Lo tuvieron Benítez y Vega en las más claras y no hubo caso. Pero si la semana pasada la cuenta pendiente era ganar de visitante y a partir de mañana la deuda es liquidar los partidos, la conclusión es que este equipo sigue avanzando.
Sin caer en la contradicción, Olimpo otra vez fue fiel a su línea de juego y a las contingencias del partido al mismo tiempo. Lo planificó en función de un calor y una humedad sofocante, lo destrabó como pudo y lo mantuvo como más le gusta: pelota al compañero y un rival atrás de ella derrochando sudor y energía.
El resultante de todo ello fue el mismo del domingo pasado: todos abrazados en el círculo central y cantando en el vestuario. Ah, y el equipo en el cuarto lugar de la tabla de posiciones.
Boca Unidos (0): Sessa; Flores, Manchot, Moisés, Baroni; Ríos, Frezzoti, Galarza, Archubi; García y Villanueva. DT: Darío Ortiz.
OLIMPO (1): Champagne; E. Martínez, Furios, Moiraghi, Villanueva; M. Vega, Musto, Gil, Gutiérrez; Bou y Benítez. DT: Walter Perazzo.
Gol: PT. 46 Gil (O).
Expulsados: PT. 32 Villanueva (BU).
Cambios en Olimpo: ST. 23 Sánchez Sotelo x Bou, 28 García x Gutiérrez y 42 Blanco x Gil.
Árbitro: Darío Herrera.
Estadio: Huracán (Corrientes).
