Argentino A - JUVENTUD ANTONIANA 0 - GIMNASIA Y TIRO 2

El albo individualmente fue letal

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Desde el banco la idea fue similar; en el campo, Juventud se equivocó más. Delfino arriesgó en el ST

Desde el banco la estrategia fue la misma. Iván Delfino y Víctor Riggio dibujaron lo mismo en la pizarra y está claro que la diferencia estuvo en quienes tuvieron que resolver en al campo de juego. Ese fue el desnivel. Y Gimnasia lo supo aprovechar; sus ejecutantes fueron mucho más claros y certeros.

Santos y albos partieron con esquemas tácticos similares, el que predomina el fútbol actual con 4 (defensores), 4 (volantes) y 2 (delanteros).
El mediocampo de Juventud estuvo más compenetrado en los primeros minutos del juego, pero la última línea del santo fue la primera en quebrarse con las individualidades del albo (lease Agudiak, Zárate, Ceballos, etc.). Y eso que Juventud había generado las mejores chances de peligro con tres tiros al arco de Mulieri en tan solo trece minutos.
Sin embargo, Gimnasia fue mucho más incisivo. En su primera estocada profunda, el primer tiro directo a la valla de Pedroso marcó la diferencia. Y a partir de allí edificó una primera etapa con mayor contundencia, tuvo tres chances claras de gol (marcó dos tantos), mientras el santo ostentaba una sola llegada clara hasta que se fueron al descanso.
En el complemento, Delfino se cansó de tanta cautela y no era para menos, su puesto comenzaba a ser discutido otra vez, aunque la dirigencia diga lo contrario. Y pasó del 4-4-2 al 3-4-3, a defender con tres defensores (Noce, Parrino y Herrera) y atacar con la misma cantidad de delanteros (Triverio, Badaracco, Tabares). Por primera vez en el torneo, Delfino arriesgaba desde lo táctico. Y su equipo buscó el arco millonario con mayor insistencia pero sus atacantes carecieron de precisión en los metros finales y también de puntería: Badaracco tuvo la más clara pero falló solo ante Mulieri. Esa fue la dife rencia entre uno y otro.