Como un hijo prodigo de la casa, Adrián Cuadrado, la eterna opción en cada transición crítica, asumió ayer otra vez como DT de Juventud Antoniana para encarar las últimas cinco fechas de la zona revalida.
Tras la salida de Mauro Laspada, el interventor Fredy Mocchi rápidamente se comunicó con Cuadrado para que se haga cargo del equipo hasta el final del campeonato. El exdefensor no dudó un instante y arrancó ayer su segundo ciclo como entrenador del santo, junto a sus ayudantes de campo, Raúl Iturrieta y Luis Morales; y el preparador físico Rafael Padilla.
Luego de llevar a cabo su primera práctica como director técnico antoniano, Cuadrado habló sobre el momento anímico del equipo. “Encontré un plantel cabizbajo y es normal por las dos derrotas que sumaron y porque se va un técnico. La situación no es la ideal, pero lo que se viene es importante para ellos y para el club. De a poco vamos a ir recuperando al jugador, sobre todo en lo anímico”, sostuvo el flamante entrenador del santo, quien además se refirió a su vuelta a la institución que lo vio nacer. “Es una alegría volver, porque conozco cada rincón del club. Hoy Juventud está en un lugar donde no debería estar, por la jerarquía de jugadores que vinieron. Es ahora cuando el equipo tiene que responder. Vamos a tratar de que estén mejor de la cabeza y de apuntar a la idea de juego que yo quiero”, le comentó Cuadrado.
Juventud, que tendrá un duro compromiso este sábado como local ante Estudiantes de San Luis, sabe que se juega gran parte de la clasificación a la siguiente fase del Argentino A, y para Cuadrado será fundamental llegar bien a este partido. “El campeonato sigue, tenemos que estar bien de la cabeza. No hay muchos días para trabajar, pero vamos a estar encima del jugador”, dijo.
Sobre su continuidad o no luego de las cinco fechas de la reválida, Cuadrado también prefirió la cautela. “Llego para dar una mano al club, el futuro se verá más adelante. Hoy Juventud está para pensar en el día a día y nos vamos a poner objetivos a corto plazo. Estoy enfocado en las cinco finales. En siete días jugaremos tres partidos”, sintetizó el flamante estratega antoniano, quien agarró una brasa caliente y tiene el desafío de enderezar el rumbo y descomprimir las tensiones que dejó Laspada en el plantel.
