El trámite del partido entre el Deportivo Maipú y Rivadavia de Lincoln podría haber sido sacado del mejor libreto de suspenso del cine.
Al principio todo parecía ser ideal, pero en el final todo termina mal (para el local) y la cosa se desmadre.
Es que el Cruzado perdió ante los linqueños por 5 a 4, luego de arrancar ganando 2-0.
El arranque del partido fue una muestra de lo que pasaría en el final, ya que Rivadavia sabía que tenía que salir a ganar para soñar con no descender, ya que era el único resultado que le servía. Por esa razón en los primeros 15 minutos hizo figura a Bonacci.
Pero antes del final del primer tiempo aparecieron los dos jugadores que mantienen vivo a al Cruzado: Gonzalo Parisi y Sebastián Coria, quienes hicieron posible que el Cruzado se fuera al vestuario dos goles arriba y jugando bien.
En el segundo tiempo todo se dio vuelta.
Es que cuando habían pasado un puñado de minutos de la segunda mitad, Santiago Arrachea vio la tarjeta roja. Ahí arrancó la debacle del Botellero.
Es que en la jugada siguiente llegó el descuento visitante y después lo increíble: ¡dos goles más en dos minutos!
En ese momento Maipú se mostró sin concepto futbolístico, no retrocedió correctamente, no marcó... Un verdadero desastre.
Después llegó el 4-2 de Rivadavia y los tumultos en las plateas por la falta de paciencia de los hinchas, quienes comenzaron a recriminar a los dirigentes.
Los ánimos se calmaron con el descuento Cruzado con el tanto de Tabarez en contra.
Allí Maipú sacó su corazón y sus ganas de revertir la situación y tras una guapeada del “Pampero” Coria, Silvio Duarte anotó el empate en tiempo de descuento y parecía que todo iba a terminar en paz, pero está más que claro que en esta etapa Maipú está destinado a sufrir como la mártir de una película, ya que los ¡50 minutos! Grazzinao le dio el triunfo y la ilusión a la visita, mientras que al Botellero lo enterró en su propia cancha.
No hay mucho para decir, sólo que la situación que está pasando Maipú es INCREÍBLE...
