Primera Nacional - ATLÉTICO PARANÁ

"No se va a olvidar nunca"

atletico parana entre rios

El mediocampista, quien compartió equipo en Deportivo Armenio, Sportivo Patria de Formosa y ahora en Atlético Paraná, se tomó un tiempo para hablar de Patulo. Además se refirió a como seguir ante esta pérdida tan significativa.

Son días difíciles los que se viven en Atlético Paraná. Encarar una entrevista a un jugador no es sencillo después del fallecimiento de un compañero. Se entiende que los futbolistas todavía estén shockeados, sensibles y que a veces no quieran dar una opinión porque aún se está haciendo el duelo. No se está preparado para este golpe tan duro, inesperado; pero hay que saber asimilarlo, aunque llevará su tiempo.
De todas maneras, Gonzalo Cozzoni mostró fortaleza espiritual. El volante central era muy amigo de Cristian Gómez, quien falleció el pasado domingo en Corrientes, por la 16ª fecha del Torneo Nacional, desgracia que marcó al plantel paranaense.
Los caminos se les cruzaron en Deportivo Armenio y allí nació la amistad entre estos dos futbolistas, que superó las barreras del ámbito deportivo y continúo fuera de las canchas. La vida los volvió a unir en Sportivo Patria de Formosa, en donde llegaron a la final en el Torneo Federal A y en esta última temporada los encontró en barrio San Martín, realizando una gran campaña en la máxima categoría de ascenso.
Por ello, la de Cozzoni es una palabra autorizada para hablar del jugador nacido en Rafaela. En primer término, el mediocampista se refirió a cómo se sigue ante la pérdida de Patulo. "La solución no la tengo. La verdad que siento mucho lo que pasó. Lo único concreto que encontramos es ponerle el pecho a la situación, hay que seguir; sino te metes en un pozo. Yo creo que la única solución que se encuentra en este momento es juntar fuerzas y seguir más que nada por él".

-Es un momento dificilísimo, no hay palabras para explicar tanto dolor.
-Sí, por supuesto. Peor que esto no hay. En el fútbol, uno ama lo que hace y lo hace con pasión. Siempre hay cositas que molestan, incomodan, pero todas tienen solución. Pero esto es algo que va más allá. Gracias a Dios mi señora está conmigo, que también lo siente mucho porque era amigo nuestro. Cristian no solo que era compañero, sino que era amigo mío, de mi familia. Por suerte tengo el apoyo de ellos, quienes constantemente me llaman, me contienen. En ese sentido la verdad que estoy bastante apoyado.

-Cada día de práctica debe ser complicado llevarlo adelante.
-Sí, cuesta… Mira, yo saco el auto para ir a entrenar y lo pasaba a buscar a él. Ahora paso por la esquina y no está. Cuesta sentarse en el vestuario, cambiarse, lo tenía al lado mío y no está. Íbamos a entrenar en el colectivo y él se sentaba a mi lado y ahora está vacío. El primer día fue durísimo, va a ser siempre duro. Hay que superarlo, el tiempo ayudará a curar esta gran herida que dejó. Olvidar no se va a olvidar nunca, pero hay que tratar de honrarlo y recordarlo con alegría como era él.

-¿Hacía tres años que iba con vos a los entrenamientos?
-Sí, porque en Armenio vivía cerca de casa, en Escobar, y éramos tres chicos los que vivíamos ahí. Lo pasaba a buscar o se venía siempre caminando a mí departamento y nos íbamos juntos los dos años que tuvimos ahí. Como nunca tuvo vehículo iba siempre conmigo, hicimos una relación de amistad. En Formosa los seis meses que estuvimos, vivimos juntos en el mismo departamento. Yo me fui solo y él también estaba solo, así que con otro chico decidimos vivir los tres juntos y después acá en Paraná.

-¿Se puede analizar o pensar el juego del domingo?
-Hay que pensarlo y analizarlo, no queda otra alternativa. Por ahí la cabeza va estar pensando en él, más en el momento que toque entrar y en todo va a estar ahí. Pero hay que tratar de focalizarse en el partido y buscar alcanzar el objetivo por él.

-Se habló de que a Patu le daban mal los estudios. ¿Qué podes decir de eso?
-No. Cristian estaba apto para jugar y siempre lo estuvo. Nos hicimos los estudios y siempre le dio que podía jugar. Creo que lo que le pasó a él fue algo del destino, lo pienso así. Le tenía que pasar, no había vuelta atrás; se hizo todo en la cancha, en la ambulancia, se hizo todo lo posible. Es como si se tenía que ir en ese momento y en ese lugar.