Primera Nacional - PATRONATO

El Santo está decidido a dar pelea

Los entrerrianos vienen jugando buenos partidos en esta parte del torneo. La aparición de Lautaro Comas, el nivel defensivo que siempre tuvo, la actualidad de Matías Garrido y el buen momento como equipo lo meten de lleno en la discusión. Cada encuentro del futuro debe plantearse como ante Instituto de Córdoba o como se jugó el sábado, en Tandil.

Cuando muchos ya lo daban por muerto y pensaban que Atlético Tucumán se cortaría solo de cara al titulo, Patronato reaccionó y, por lo mostrado en las últimas fechas, está decidido a dar pelea.
El equipo entrerriano sacó a relucir su amor propio y la solidaridad que nunca se puso en tela de juicio, apareció la ambición y el buen fútbol.

Esto no es una casualidad. Los entrerrianos pudieron recuperar en las últimas fechas la ambición del primer tramo del torneo. Además de algunos rendimientos individuales que ayudaron a poder ganar los dos últimos encuentros, de los más chivos que tenía en su programación. Justamente ante dos elencos que se meten por el momento en el reducido y que tienen aspiraciones de jugar en primera división.

Lo primero para destacar es lo bueno que le hizo al equipo la aparición de Lautaro Comas. El Gordo imprimió frescura y lo ha convertido al Santo nuevamente como un elenco complicado de mitad de cancha para adelante.

Obviamente que no todo es por Comas. Matías Garrido es otro de los futbolistas de buen momento. La Ardilla corre, marca, juega y además tiene el plus de la pelota parada para que su aporte sea decisivo entre los once de Patronato.

El caso del arquero Sebastián Bértoli también es fundamental. Después de un par de errores y muchas críticas inmerecidas, el capitán Rojinegro aparece en plenitud para cargarse el equipo al hombro. Tanto él, como Walter Andrade con su esfuerzo, mandan un mensaje al resto. El mismo que muestra Comitas en los metros finales del campo de juego.

Más allá de la edad, más allá de la trayectoria, todos corren, todos meten en este tramo y es fundamental.

La solidaridad del elenco de barrio Villa Sarmiento nunca se negoció, por eso defensivamente es tan sólido. El Negro cuando no se pude defender con la pelota, lo hace con el overol puesto. Se ven buenas coberturas, jugadores cumpliendo funciones que no les correspondería, pero que aparecen en post de potenciar al equipo. De cara a lo que viene una fórmula necesaria a la que, obviamente, hay que ayudar con una buena tenencia de balón.

Así deberá ser de cara al futuro. Un equipo ambicioso, que busque triangular mucho en mitad de cancha. Que tenga frescura para sorprender en los últimos metros y también efectividad. Si el Negro logra hacer partidos tan buenos como ante Instituto Central Córdoba en el Grella o como el sábado en Tandil frente a Santamarina, seguramente Atlético Tucumán no se podrá relajar ni un momento hasta que finalice el torneo.