Central Córdoba cayó por la mínima ante Laferrere, en su casa, y ahora deberá resolver su clasificación a la siguiente fase del Reducido en el Gran Buenos Aires. El único gol del partido fue convertido por Gustavo Fernández a los 37 minutos de la primera parte.
El conjunto de barrio Tablada, no sólo perdió la ida de la semifinal del Reducido. El problema es mucho más profundo que ello: hace siete cotejos que no gana. Pero es un tabú a esta altura. Es conveniente no mencionar los últimos antecedentes en que Central Córdoba tuvo que afrontar situaciones decisivas. Tan cerca parecía el ascenso a la B Metropolitana, que hasta muchos se animaban a darlo como máximo candidato al título. La realidad indica que se le escapó la tortuga y sigue dejando pasar significativas oportunidades.
Dejemos de lado las especulaciones, volvamos a foja cero y pasemos a comentar el partido en sí. En la bella tarde de martes, en el Gabino Sosa, Central Córdoba no salió convencido en busca de la ventaja, sino que especuló demasiado y pecó de imprecisión de tres cuartos para adelante.
Laferrere, aunque con una estrategia un tanto mezquina, fue más ordenado en el fondo y optó por jugar al ras del piso; mientras que los azules abusaron del pelotazo —sin éxito— a espaldas de una defensa siempre bien parada. No pudieron encontrar la cabeza de Resler, como suele ser habitual, porque en este caso perdió la pulseada con el zaguero Nieva. Además, el exceso de balones largos se debió a la ausencia de un enlace conductor, ya que ninguno se cargó el equipo al hombro ni se ofreció como una alternativa potable.
El elenco de Cuffaro Russo se mostró inconexo, dubitativo, como quien rinde un examen difícil y no puede desenvolverse con naturalidad producto del nerviosismo. Tal vez, por temor a apostar y quedarse con las manos vacías.
Transcurrida la media hora de juego, el Verde comenzó a inclinar la cancha en su favor y, en la única a fondo que tuvo, concretó la ventaja. Esto sucedió a los 37 minutos, luego de una pelota inédita que regaló Meza, posibilitando el desborde de Coassini y el posterior centro que conectó la cabeza de Gustavo Fernández, autor del gol. Vale destacar que hubo responsabilidad, una vez más, de Juan Cruz Leguizamón, ya que el débil cabezazo fue orientado al primer palo del arquero.
Es cierto que no terminaba de cerrar como un resultado justo, merecido. Laferrere vino a cuidar el partido, a jugar con el reloj, y se terminó encontrando con un gol inesperado. Pero de los dos equipos en cancha, se mostró como el mejor plantado, y las aproximaciones que tuvo fueron pocas, aunque contundentes. Mucho más profundo en sus avances que el conjunto local.
En el complemento, la historia fue la misma. Aunque al principio el Charrúa destilaba un tinte ambicioso, con el correr de los primeros minutos se fue apagando. Córdoba no reaccionó, ni con juego ni con empuje, y no logró revertir el resultado. Sin ganas y sin ideas (nota al lector: disculpen si hago hincapié en esto, estoy seguro que el ímpetu estuvo presente, pero no se vio plasmado dentro del campo de juego). Los cambios, tardíos por elección del técnico Ariel Cuffaro Russo, le dieron aire pero no alcanzaron para cambiar el desarrollo. La única situación nítida de empate se vislumbró recién a tres minutos del cierre, en los pies de Cristian Sánchez (típica jugada de derecha al centro, remate apenas desviado). Y en tiempo adicionado, cuando el arquero Leandro García, de excelente desempeño, descolgó del ángulo un tiro libre increíble de Juan Fernández.
Un párrafo aparte merece el árbitro del partido, Yamil Possi, quien vivió una tarde negra en Rosario, a pesar del sol radiante. El juez no estuvo a la altura de una semifinal, desde el inicio se le escaparon las riendas y dejó pegar durante todo el desarrollo. Tanto es así que, la visita, en un momento tuvo nueve amonestados en cancha (más tres en el banco, que habían sido cambiados). Los números hablan por sí solos, más allá que nos permitan conjeturas como la aspereza con la que se defendió Laferrere, la vileza de pegar más que jugar y la incompetencia del árbitro Yamil Possi en no sancionar como debía.
En síntesis, la derrota terminó dibujando mucho más que un resultado. Córdoba no levanta la cabeza, hace siete partidos que no gana y preocupa por sus últimos rendimientos. Trabajo y talento son moneda corriente en el club de barrio Tablada. Entonces, ¿dónde está fallando? ¿Será el mismo tabú de siempre?
Ahora, deberá viajar a la —siempre difícil— Matanza, con el fin de revertir la situación y dar vuelta el resultado o bien, forzar un empate y definir por penales. En principio, el cotejo de vuelta entre Central Córdoba y Laferrere iría el próximo lunes a las 18, aunque se aguardan confirmaciones desde arriba.
SÍNTESIS DEL PARTIDO
Central Córdoba (0): Juan Cruz Leguizamón; Cristian Vella, Cristian Cuffaro Russo, Alfredo Resler y Ricardo Moreira; Gerardo Pérez, Renzo Funes, Brian Meza y Lucas Moya; Cristian Sánchez y Fernando Resler. DT: Ariel Cuffaro Russo.
Deportivo Laferrere (1): Leandro Garcia; Sebastián Perez, Pablo Nieva, Ariel Cafferata; Adrián Castro, Néstor García, Marcelo Marzoratti; Arturo Ordano; Maximiliano Mallemaci, Juan Manuel Coassini; Gustavo Fernández. DT: Sergio Quiroga.
Gol: PT: 37m Gustavo Fernández (L).
Cambios: ST: 10m Giménez X Mallemaci (L), 17m Madeo X García (L). 19m J. Fernández X Moreira (CC). 33m Marecos X G. Fernández (L). 35m Amilivia X Pérez (CC), 40m Zaen X A. Resler (CC).
Estadio: Gabino Sosa, Rosario.
Árbitro: Yamil Possi.
