En entrevista exclusiva con Conclusión, el dirigente del ascenso confirmó su candidatura para presidir el fútbol argentino. No se ahorró críticas a la Comisión Normalizadora ni al gobierno de Macri y aseguró que "así el fútbol no arranca".
Aunque todavía no lo admita a viva voz y se limite a hablarlo por lo bajo, Claudio "Chiqui" Tapia será uno de los próximos candidatos a presidir AFA. Uno de los dirigentes más representativos de esa gran argamasa que es el fútbol argentino, donde confluyen decenas de miradas distintas y ningún punto de encuentro, con mirada crítica de lo que se está atravesando.
"Me siento contento y respaldado para presentar mi candidatura", dijo a Conclusión en su paso por Rosario, aunque mostrándose cauto. En esta entrevista exclusiva, Tapia no se anda con rodeos: defiende al ascenso pero comprende que es esencial tejer acuerdos con la primera división. Y esa es su estrategia para llegar a AFA.
Con el correr de las preguntas, Chiqui se fue soltando y retomó su mirada crítica: "Estamos atravesando la peor realidad que haya vivido el fútbol argentino", sumó y cargó contra la Comisión Normalizadora y la relación del gobierno con la AFA, al decir que "en lugar de administrar, lo único que hacen es salir a hablar por los medios de comunicación".
Tras ser consultado sobre si es posible administrar un club de fútbol sin pactar con la barrabrava, Tapia –presidente de Barracas Central- aclaró que "se puede y se debe. Pero la problemática es compleja, porque los dirigentes están desamparados y tienen que enfrentarse día a día contra esto. Es como la delincuencia, que si no funciona la Justicia, entran por una puerta y salen por la otra. Se trata de un problema integral mayor, que recala hondo no sólo en el fútbol sino en la sociedad", consideró.
—¿Cómo analiza la realidad del fútbol argentino?
—Estamos atravesando la situación más crítica que haya vivido el fútbol argentino. Es una realidad muy triste la que pasan muchas instituciones, nunca pensamos llegar a esto. Clubes que estaban ordenados, económicamente saneados, hoy no lo están. Antes, de los recursos de televisión no sólo podían pagarles a sus empleados y jugadores, sino que hasta podían ahorrar para hacer obras. Hoy son los mismos que deben dos meses. Tenemos una preocupación grandísima porque no logramos ni siquiera una elección para recuperar la representatividad y la legitimidad que te da el voto de la dirigencia. La Comisión Normalizadora ni siquiera ha aprobado su balance, por eso no puede llevarse a cabo un préstamo de ninguna firma. Es triste.
—Desde su mirada, ¿cuándo comenzó a formarse esta crisis?
—Desde hace un tiempo. Nosotros también debemos hacernos responsables de que somos parte de lo que se está viviendo. Pero realmente nunca pensamos que un órgano tan importante como la Fifa iba a tener tanta responsabilidad. Nombraron una comisión que hizo cualquiera cosa menos para lo que fue destinada. Uno de sus objetivos era sanear a las instituciones del fútbol argentino; no sólo no lo lograron sino que estamos peor que cuando la AFA estaba casi acéfala. Tampoco pudieron modificar los estatutos, ni normalizar administrativamente la casa en su funcionamiento. Si a esto le sumamos que el acompañamiento de los clubes hacia la Comisión Normalizadora ha sido importante, porque los últimos cuatro meses los clubes de Primera División han cobrado la mitad de los derechos televisivos, con la falsa promesa de que en diciembre se reconocería el pago del déficit.
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—¿Siente que los clubes denominados grandes dejan de lado al ascenso?
—Es parte de lo que hoy vivimos. El hecho de que los grandes piensen que los chicos no somos necesarios, y que en su momento nosotros también hayamos pensado que podíamos conducir los destinos del fútbol argentino solos, marca que estábamos equivocados. Acá no puede haber fútbol si no estamos todos. Los grandes son los que generan los recursos y nosotros –que somos el ochenta por ciento del fútbol- conformamos un sector importante desde lo político. Hemos construido una unidad que muchos no pensaban después del famoso 38 a 38, donde el ascenso y el interior han conformado un bloque importantísimo.
—Dijo que grandes y chicos se necesitan mutuamente para sobrevivir: ¿por qué entonces cuesta tanto conformar una unidad?
—Quizás haya egos que dejar de lado. A los grandes no les gusta dejarse manejar y a nosotros tampoco, pero hay que buscar un equilibrio. Hoy, por lo menos, estamos tratando de que los grandes nos acompañen, para nosotros acompañarlos a ellos. No hay manera de solucionar los problemas del fútbol argentino si no estamos todos juntos. De nada nos sirve tener asambleas donde no se defina un futuro: la voluntad política de elegir a un presidente y acompañarlo entre todos.
—¿Qué piensa de la gestión de la Comisión Normalizadora?
—Muy mala. Nosotros sabíamos que cuando corriera la bola y comenzara el campeonato sería muy difícil pararlo. Ellos sabían que no iban a tener los recursos, porque cuando nosotros hablamos con los representantes de Fútbol para Todos ya sabíamos que quedaría un agujero. La Comisión Normalizadora sabía que íbamos a llegar hasta acá, por eso el balance no puede ser más que negativo. Hemos perdido representatividad sudamericana y mundial; esto también va en desmedro del fútbol argentino.
—Macri se ha mostrado siempre interesado en el fútbol. ¿Cómo es la relación entre la AFA y el gobierno?
—Yo participé en varias reuniones y la relación no es la mejor, porque no han cumplido con lo prometido. Creo que antes de salir a hablar por los medios, es más justo hablarlo personalmente con los dirigentes. Me gustaría ver si existe una comunicación fehaciente del Estado que rescinde los derechos de televisión para el fútbol argentino, pero no hay ninguna notificación; en lugar de administrar, hablan. Peor no podemos estar.
—¿Se presentará como candidato a la AFA?
—Yo represento un espacio muy grande y son ellos los que tienen que decidir si quieren que yo sea candidato o no. Sin dudas que sería un honor, siendo el único candidato que presentó no sólo la mayoría de avales sino que una semana antes que todos. Es una decisión que debemos tomar en conjunto con la dirigencia del fútbol argentino. Hoy me siento mucho más respaldado porque venimos hablando con varios clubes de Primera División y el resultado es bueno.
—A propósito de eso, ¿qué balance hace sobre la reunión que tuvo con dirigentes de Central y Newell’s?
—Fue altamente positiva porque es un poco el hecho de agradecer que hayan compartido la idea de que necesitamos tener elecciones y un presidente al que apostar. En esto los dos clubes ya nos habían acompañado cuando fue la asamblea donde se puso la fecha para llevar a cabo una elección el 15 de febrero. Hoy la cosa cambia, porque muchos otros clubes de Primera entienden que es la única manera de salir de esta crisis.
—¿Arranca el fútbol?
—Es muy difícil. No creo que arranque el fútbol ni de primera ni de ascenso. Es que sacando la buena voluntad que podamos tener los dirigentes para que el fútbol se reanude, los futbolistas tienen un sindicato bastante representativo. A ningún dirigente gremial le gusta que sus afiliados no cobren los salarios. Veo difícil que el fútbol vuelva a comenzar en fecha.
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