Las crisis salen a la luz cuando los resultados comienzan a oscurecer el panorama. Sucede habitualmente en todos los ámbitos y Chacarita parece no ser la excepción.
El bajón futbolístico y emocional que ha mostrado el Funebrero en las últimas fechas no sólo le ha hecho perder un importante terreno con vistas a su supuesto objetivo principal, sino que también ha convertido en visibles algunos cortocircuitos en la relación plantel - cuerpo técnico - dirigencia.
Si bien las versiones apuntan a un supuesto entredicho de uno de los referentes con Gastón Coyette en medio de un entrenamiento previo al partido con Atlético Paraná, hace un par de semanas atrás, la situación actual probablemente exceda a aquel suceso particular y la impensada pérdida de puntos en los recientes cotejos haya potenciado anteriores diferencias.
Independientemente del intento de los protagonistas de todos los sectores por bajar los decibeles de la cuestión, por estas horas resulta incierta la continuidad del DT al frente del plantel. Dependerá, entre otras cosas, de la decisión de la dirigencia de optar por el respaldo al proyecto o comenzar a escuchar las voces que susurran en los últimos tiempos por los pasillos de Villa Maipú, en disconformidad con el planteo de juego del equipo.
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