El despido de 16 futbolistas, la ida de Sand, la molestia de Amieva y un presupuesto austero atentan contra la intención de Botella de armar un equipo para pelear.
La experiencia de la coyuntura del país en los últimos tiempos nos demostró que las transiciones asustan y los "segundos semestres" aterran, si de ajustes, recambios, golpes a la economía y a las pretensiones de crecer y progresar se trata.
Salvando las kilométricas distancias entre un ejemplo y el otro, en el fútbol la cuestión no es muy diferente. Y Gimnasia y Tiro es un ejemplo.
La firme apuesta de la dirigencia millonaria de "limpiar" a la gran mayoría del último plantel, que hizo una campaña más que decorosa y que terminó sexto entre 36 equipos en el pasado Federal A, con el argumento de que varios jugadores han cumplido su ciclo, no deja de ser arriesgada en la bendita transición del fútbol argentino. Tiempos en los que el carácter especulativo de dirigentes, representantes y futbolistas está a la orden del día, y en épocas en las que la "billetera", la tentación de otras categorías y el antecedente inmediato de determinados futbolistas por haber hecho un buen torneo que le otorgó vidriera, también pesan en la balanza.
Y cuando las intenciones, como las de refundar, poco condicen con la realidad de una magra economía general, tampoco es una tarea sencilla retener o darles un panorama de tranquilidad a jugadores que comienzan a cotizarse más, pero que aún no pueden disfrutar de sus vacaciones porque no se les abonó una deuda y porque no les otorgan una seguridad de continuidad o fin de ciclo.
La realidad es que Gimnasia -que decidió mantener la coherencia del proyecto sosteniendo para la temporada venidera en el cargo de DT a Duilio Botella, quien tendrá la chance de armar su plantel deseado prácticamente desde cero-, le dio de baja a 16 futbolistas en total del último plantel (Esteban Dei Rossi, Federico Rodríguez, Facundo Vega, Fernando Labaké, Matías Villavicencio, Agustín Bellone, Iván Sequeira, Pablo Bárzola, Alexis Bulgarelli, Daniel Ramasco, Osvaldo Young, Ezequiel Saavedra, Daniel Carrasco, Nicolás Aguirre, Agustín Sanfilippo y Diego Pascuttini -este último tiene contrato vigente, pero será cedido a préstamo-).
Y a esta extensa lista hay que añadirle que uno de los principales baluartes que el club quiso retener para lo que viene, por ser considerado uno de los mejores de su puesto en la categoría y por sus actuaciones, Darío Sand, es el primer refuerzo en sumarse a las filas del Agropecuario Argentino de Carlos Casares de José María Bianco para el próximo Nacional B. Y lo que tampoco se puede dejar de obviar, por ahora, es el fastidio que expresó el goleador del albo, Juan Martín Amieva, en la edición de ayer de El Tribuno, cuando manifestó molestia porque aún nadie lo llamó desde Salta para expresarle la voluntad de que siga defendiendo la camiseta celeste y blanca. Para el Tanque la prioridad es Gimnasia, aunque espera un llamado para sentirse parte, pero también un dinero que al menos iguale las ofertas de otros clubes de la divisional que lo buscan. Por otro lado, la postura dirigencial es entendible porque saben que el llamado esperado por el "9" debe llegar junto a la promesa de un número apetecible, sino no alcanza, cuando hasta ayer la certeza sobre el dinero del cual dispondrá el fútbol para lo que viene era nula.
Luego de sacarse de encima el peso de comunicarle la decisión a cada uno de los jugadores que no seguirán, esta semana arrancó una serie de reuniones entre la CD y la subcomisión de fútbol para definir el presupuesto que habrá disponible para el próximo campeonato, el cual no superará y apenas igualará al del torneo pasado. Números que serán irrisorios en función a la exigencia de Gimnasia de superar la vara alcanzada en el último certamen. Es que para pelear cosas importantes y no deambular en la mediocridad de solo participar, es necesario contratar un buen número de refuerzos de jerarquía, además de darle chance a la cantera.
Por lo pronto, a Gimnasia le esperan dos meses durísimos, con sueldos adeudados, sin ingresos por recaudación ni publicidad, con la misión titánica de competir con otros mercados, armar de cero un plantel costoso y afrontar los costos de logística y pretemporada.
"Nos va a ser muy difícil competir"
Para el titular de la subcomisión de fútbol de Gimnasia, Juan Carlos Ibire, que recibió el respaldo del presidente Marcelo Mentesana e hizo oficial ayer que continuará a cargo del departamento del fútbol, se viene un Federal A mucho más complicado. "Mitre o Gimnasia de Mendoza, el que no ascienda se armará con todo para ascender como sea. Y descendiendo Central Córdoba de Santiago del Estero, más Douglas Haig, la competencia será mucho más feroz. Hay que ser realistas, es muy complicado competir con clubes que apuestan demasiado y tiene con qué hacerlo. El panorama no está fácil", le dijo Ibire a El Tribuno.
las claves
Son 16 los futbolistas declarados prescindibles por el DT Botella. Esto obliga a rearmar un plantel prácticamente de cero y, al menos, con una columna vertebral de jerarquía si se pretende pelear el ascenso.
Competir con las billeteras más "gordas" es otra de las dificultades a la hora de rearmar el plantel. Darío Sand se le fue a Agropecuario y Juan Amieva aún espera una mejor propuesta económica del albo.
A Gimnasia le quedará superar los dos meses y medios más críticos, sin competencia, sin recaudaciones ni posibilidad de sumar sponsors y con erogaciones de sobra: liquidaciones, deudas, sueldos, pretemporadas.
En tiempos de transición, la especulación de los futbolistas está a la orden del día, en el afán de retener valores como en la obligación de contratar refuerzos. Deberá llegar la hora de los juveniles para equilibrar la balanza.
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