Primera Nacional - DOUGLAS HAIG 0 - 0 SANTAMARINA

Los fogoneros, cada día más complicados

DOUGLAS HAIG, B NACIONAL, LEVATO, SANTAMARINA
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Douglas reza, hace plegarias al cielo, se pone de rodillas pidiendo clemencia, pero se cae a pedazos. Este lunes por la noche en el Miguel Morales no pasó del empate ante los tandilenses, y las chances de permanecer en la B Nacional dependen de un milagro. En un encuentro sin brillo, que se disputó con dientes apretados, el rojinegro puso actitud, dejó el alma, jugó con el corazón en la mano, aunque los palos y la actuación descollante de Papaleo le impidieron triunfar y así ilusionarse con la salvación. Fue un 0 a 0 con sabor a derrota, y si bien todavía hay posibilidades matemáticas, no descender parece una utopía a dos fechas del final.

¡Madre mía, que momento! El peor de Douglas desde la vuelta a la B Nacional. Se reza, se pide, se prometen miles de cosas, se mira al cielo solicitando un milagro que no llega, se solicita a Dios y a la virgen una mano, pero ésta no es concedida y parece a esta altura que nunca arribará al mundo rojinegro.

Este lunes por la noche en su cancha, se dejó escapar quizás la última chance de permanecer en la divisional. Los dirigidos por Mauricio Levato no pasaron del 0 a 0 ante Santamarina y con los resultados de los demás elencos, y a dos fechas del cierre del torneo, zafar del descenso es una utopía y habrá que depender de un milagro.

En este instante del certamen hablar de desarrollo de un partido es de gusto. Es verdad que los del norte bonaerense fueron superiores, transformaron figura al arquero rival, mostraron actitud, jugaron con el alma, aunque esto no fue suficiente.

En un rectángulo malo, algo que se exhibe desde hace casi dos meses (a partir del compromiso con Dálmine jamás lo recuperaron), el local fue el que hizo el desgaste de arranque, con un mediocampo con buen pie, liderado por el quite y la distribución de Rodríguez Rojas, la intensidad de Grazzini recostado en la derecha, y el vértigo de Villalba en el sector opuesto.

Del otro lado, los de Tandil fueron pacientes. Se pararon en su campo ordenados y apelaron al contragolpe, con Michel como única esperanza de rebeldía a tanta contención de parte de sus compañeros, y de hecho el ex Gimnasia de Jujuy tuvo la apertura a los 2' en la medialuna al disparar con buena dirección, lo cual obligó a una notable reacción de Arguello, que tapó a un costado.

A los 10' llegó la primera del dueño de casa. Grazzini avanzó con la bola dominada y antes de entrar al área imprimió un zurdazo que halló la respuesta de Papaleo al ras del suelo, quien atrapó en dos tiempos.

Sin embargo, bajó su trajinar Villalba, Canuto alternó buenas y de las otras, y sumado a que los de la ciudad de la Piedra Movediza se adelantaron unos metros en el terreno, el match se tornó peleado y con la presencia de fricción como principal protagonista.

Igualmente, con ese panorama, los del "Gran Capitán" estuvieron cerca de irse al descanso en ventaja, y fue mediante un balón detenido ejecutado por Grazzini que terminó en un cabezazo de Gioda, el cual Papaleo con una volada espectacular envió al córner a los 35'.

En el complemento, forzado por el tanteador y sus necesidades, el "Milan de Pergamino" salió a quemar las naves desde el principio, y acorraló a los de Héctor Arzubialde en su área, con el agregado del ingreso de Tamburelli por Canuto, quien le aportó coraje para trasladar el equipo hacia arriba.

Así, las opciones de riesgo no tardaron en llegar a la fría jornada. A los 6' Villalba enganchó en el vértice y su remate se estrelló en el palo zurdo, y con el reloj marcando los 8' se dio una increíble, difícil de olvidar.

Pereira, siempre figura, fue a la ofensiva a puro amor propio, se llevó a todos por delante y entrando al área sacó un tiro que desvió Papaleo. El rebote favoreció a Guillermo, que probó con la testa y de nuevo el 1 lo evitó, y en el segundo rechazo la bocha culminó en los pies de Tamburelli que la empujó a la red sin contar con la enorme recuperación del golero, que por triplicado salvó su valla ante la rabia de todos los presentes.

Eso desmoralizó a los vestidos de rojo, que cedieron espacios producto de volcar tanta gente en ataque, y el Aurinegro lo aprovechó, ya que a los 19' Piñero poseyó el primer grito a la salida de una pelota parada, y Arguello se lo abortó en un cara a cara abajo, y en la siguiente se lo ahogó a Fredes en un frentazo con destino de festejo.

El ex volante de Los Andes intentó la última ficha y movió el banco con las entradas de los juveniles Duma y Arismendi, y así lo fue a buscar arriesgando todo. No obstante, en una contra Michel metió un zapatazo potente, y otra vez Arguello voló para impedir el gol a los 34'.

Ya sin fuerzas ni ideas, los de calle San Nicolás 44 enfilaron a Papaleo, empero no encontraron los caminos para romper el cerco de la visita, y la igualdad fue inamovible y lapidaria, como la posición en los promedios.

Fue final. Entre insultos y tibios aplausos se despidieron los players del Miguel Morales. Algunos con lágrimas y otros cabizbajos, igual que los simpatizantes, que ven escapar la vida en la categoría que tanto costó conseguir…

Síntesis:

Douglas: Arguello; Pereira, Gioda, Cabral, Henry; Rodríguez Rojas, Levato; Grazzini, Canuto, Villalba; y Noriega. DT: Mauricio Levato. Suplentes: Di Fulvio, Santángelo, Bersano y Poclaba.

Santamarina: Papaleo; González Bordón, Acevedo, Piñero, Biela; Kabalín, Fredes, Zárate, García Basso; Michel y González Metilli. DT: Héctor Arzubialde. Suplentes: Casas, Politano, Buzzini y Rebollo.

Cambios: Tamburelli, Duma y Arismendi, por Canuto, Grazzini y Villalba (DH). Valerio, Alzueta y Castro, por Kabalín, González Metilli y Fredes (S).

Amonestados: Villalba, Henry, Gioda y Pereira (DH). González Bordó y Zárate (S).

Árbitro: Ramiro López, de Capital Federal.

Cancha: Miguel Morales.

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