Primera Nacional - ESTUDIANTES DE SAN LUIS

Barras de Estudiantes apretaron a los jugadores

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Después del empate agónico que logró el equipo puntano ante Sarmiento de Junín, los ánimos terminaron caldeados en el estadio Juan Gilberto Funes. Algunos simpatizantes esperaron que salieran los futbolistas y los responsabilizaron por el momento que tiene al club en la zona de descenso.

La incógnita es saber cómo fue que tres barras llegaron hasta la puerta del hall principal del estadio, un sector donde se agrupan los familiares de los jugadores, donde el acceso es restringido y por donde salen los periodistas.
Leonel Felice, es el capitán del plantel y fue a quien le llovieron los cuestionamientos, 20 minutos después de finalizado el encuentro. El jugador, que siempre es uno de los primeros en salir, detuvo su partida (lo esperaban sus dos hijas y su esposa) cuando los hinchas se le acercaron para manifestarle el enojo que los había llevado hasta allí.
Solo el jugador sabe los detalles de la conversación que ocurrió en un costado de la puerta del hall (por donde se ingresa a los palcos, cabinas de periodistas y vestuarios) ante la mirada de personas que esperaban y de otras que se iban, en su mayoría periodistas.
Con el paso de los segundos las palabras que se cruzaron fueron subiendo de tono. "A mí bájame la mano, no me vengas a amenazar", se escuchó que le dijo Felice a uno de los tres hinchas. La situación hizo que se acercaran otros jugadores, entre ellos el arquero Facundo Lupardo, a quien culparon directamente por los resultados negativos.
Recién en ese momento intervinieron algunos policías y allegados al club que intentaron calmar los ánimos. La seguridad pública resolvió el final del conflicto cerrando el portón e invitando a los hinchas que abandonaran el lugar por el sector del estacionamiento donde los jugadores tenían sus autos.
Cuando Sarmiento de Junín abrió el marcador a los 85 minutos, los hinchas enfurecieron contra Omar Asad: "Andate Turco", le pidieron. Y cuando a los 89 el Verde logró el empate, el entrenador se lo dedicó a la platea.
Los jugadores se fueron aplaudidos, pero el entrenador insultado.