Boca Unidos realiza ingentes gestiones para incorporar los dos jugadores que solicitó el director técnico Carlos Mayor, quien acordó con el club tras la salida de Víctor Genes. Está en la búsqueda del delantero por afuera y del segundo marcador central.
A nadie escapa que Boca Unidos debe mejorar notoriamente su rendimiento en la parte final y decisiva del torneo de la B Nacional, que se reanudará en la primera semana de febrero de 2018. El equipo hoy está en la zona de descenso, pero si logra encauzar el rumbo y mete tres o cuatro partidos seguidos con buenos resultados, su situación mejorará ostensiblemente y se alejará de esa temida zona roja.
Por eso debe analizar con detenimiento los dos jugadores que puede sumar como refuerzos para afrontar la última parte del campeonato, 12 fechas en total de las cuales Boca Unidos jugará 11 y en una quedará libre.
Hoy los jugadores están de vacaciones y retornarán al trabajo en el inicio de la pretemporada con el entrenador Carlos Mayor, que asumirá sus funciones y se pondrá al frente del plantel en los primeros días de enero. En la reunión que sostuvo con el presidente Alfredo Schweizer y otros dirigentes del club, se coincidió en la necesidad de traer los dos refuerzos que permite el reglamento.
En este sentido Mayor pidió y considera prioritario, incorporar a un segundo marcador central, en lo posible zurdo y a un delantero capaz de desenvolverse por los costados. Hoy, de los que tiene en el club, el único que puede cumplir esa función por su característica es Diego Sosa, en lugar de hacerlo jugar de carrilero porque pierde presencia en el ataque.
Hoy los ofrecimientos de jugadores son muchos. Sin embargo tanto Schweizer como los demás integrantes de la comisión directiva y el mismo Mayor, analizan minuciosamente las posibilidades. Saben que deben acertar en la elección de los refuerzos. Los puntos que jugará el equipo de ahora en más cotizarán en oro y entonces el margen de error debe ser mínimo. Boca Unidos está en una situación delicada, comprometida, y sabe que los refuerzos y la nueva conducción técnica serán vitales para que el equipo encause el rumbo y llegue a buen puerto logrando la permanencia en la categoría.
Más allá del difícil momento. Se puede salir del pozo en el que está inmerso el equipo. Hay buenos jugadores, algunos quizás desaprovechados al hacerlo cumplir funciones para las que no están capacitados o no reúnen las condiciones para serle útil al conjunto.
Además, los técnicos anteriores apostaron a un esquema de juego similar con un 4-4-1-1 que no les dio resultados positivos.
Con sólo mirar los marcadores uno se da cuenta que no fortaleció su defensa. Le hicieron muchos goles (20), la mayoría por errores defensivos (algo que notó Carlos Mayor y dijo que debe mejorar esa línea).
Además, como descuidó la parte ofensiva, Boca Unidos convirtió sólo 9 goles en 12 partidos. Poco para un equipo con pretensiones.
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