Primera B - DEFENSORES DE BELGRANO

Se fue un genio

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En la mañana de hoy, una triste noticia impactó al fútbol, un genio del fútbol argentino que pocas veces, un jugador de semejante calidad, anduvo por las canchas del ascenso, falleció cuando venía peleando con un cáncer de lengua.

René Orlando Houseman nació en el año 1953 en la provincia de Santiago del Estero, y desde su niñez vivió en la villa del Bajo Belgrano, pero cuentan quienes lo conocían que en su club del cual era hincha fue echado y por eso recaló en el otro club de la zona, en Defensores de Belgrano.

El español Arce Gómez mas conocido como Gallego Chele, fue quien lo cobijó en Defensores de Belgrano, y fue su padre futbolístico.

Sobre fines de 1971, debutaba en el torneo de la Primera B, que lo tenía a Defensores de Belgrano al borde del descenso. Con 18 años, marcó su primer gol paradójicamente el día que Defe se fue al descenso, a los 4 minutos venció al querido Tato Curti que si bien atajaba en el equipo de Mataderos, era hincha fanático de Defensores, y que también nos dejó hace un par de años. Defensores cayó 4 a 2 en cancha de Vélez, Chicago se salvó y Defe perdió la categoría.

Y al año siguiente en la Primera C, cuentan mis amigos los que peinan canas, que nunca se vio un jugador tan preponderante y que se desequilibrara tanto como él.

Hacía poco que se había visto a un fenomenal Pelé en el mundial 70, pero dicen que Houseman en el fútbol argentino era de una importancia que ningún otro jugador podía tener por aquellas épocas.

En 1973, lo que todos saben, brilló y se consagró en Huracán, jugó en dos mundiales, en el del 74 hizo tres goles, le marcó a Perú en el mundial del 78, fue campeón del mundo, y además de brillar en Huracán, también vistió entre otros clubes, las camisetas de dos grandes, Independiente y River Plate.

En Defensores de Belgrano lo recordamos de la mejor manera mas allá de que por distintas circunstancias, el club y él no tenían relación últimamente, pero nadie nos sacará el orgullo de decir que de Libertador y Comodoro Rivadavia, salió la gambeta mas indescifrable de todas, el freno mas impredecible, el enganche mas oportuno, el amague nunca comprendido por los rivales y los golazos que hizo el Loco René.