Es día lunes. Salen versiones de una renuncia de Gustavo Módica y esto alteraba ya el inicio de semana para Juventud Antoniana. Una semana que terminó siendo caótica. El santo no solo muestra graves problemas económicos, reconocidos por sus propios dirigentes, sino también una importante anemia dirigencial.
El martes se anunciaba como gran solución el plan de pago al gremio de los futbolistas para levantar la inhibición: un recordatorio de más de un millón de pesos de deuda con el plantel anterior.
El miércoles se confirmó lo que se hablaba en los días previos: ante la brutal crisis económica del club, se decidió realizar una pretemporada austera, sin viajes, sin predio, sin concentración. "No vamos a ir a ningún lado porque no hay plata", le confirmó Módica a El Tribuno en aquella jornada.
Y lo peor llegó el día después, el jueves, cuando se descubrió que el delantero Claudio Acosta había sido desalojado y vivía en un hotel. El Beto Acosta no se presentó a entrenar cuando el plantel reanudó los entrenamientos.
La semana sigue, ya es viernes y se anuncia el regreso de Pepe Muratore para solucionar los gravísimos problemas económicos. ¡Bingo! El presidente que nunca dejó de ser presidente y que trabajó casi desde las sombras, vuelve como una figura salvadora, pero.... No hay que perder de vista que todo lo que le ocurre al santo también es su responsabilidad. El propio Muratore admitió en el El Tribuno, con números y papeles en mano, que había administrado mal los más de 15 millones de pesos que se habían despilfarrado en el campeonato anterior.
Sin embargo, Muratore es tan responsable como también el único capaz hoy de solucionar "algo" de los "despelotes" del santo, tal cual también lo definió su misma persona durante la semana en estas páginas. Pareciera que nadie más hoy puede salir a auxiliar al santo. Al menos, nadie muestra esa intención. Ni los opositores ni los exdirigentes. Una manada que lejos debe estar de tomar semejante hierro caliente. Nadie muestra intenciones de querer recibir la posta en un club que está casi devastado y hasta ha disminuido en el clamor de un sector que pedía la salida de los que hoy siguen en el club.
Esto hace que Pepe sea un mal necesario en Juventud, como dice el popular refrán. Pero su figura se sigue desgastando y a esta altura le calza mejor el traje de villano que de héroe.
Y el bonus track de una semana deplorable fue la pelea entre Fernando Barbarán, del órgano de fiscalización, con el entrenador Gustavo Módica. El hermano de quien fuera candidato a presidente en la última elección había manifestado en el Deportivo de Aries que había donado pelotas por un pedido desesperado del cuerpo técnico del Federal A, a lo que Módica negó y refutó diciendo que Barbarán concurrió una sola vez al entrenamiento y que, al escucharlo decir ciertas cosas, le pidió que se retirara.
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