Primera C - LUJÁN

Pérez Bianchi: "Me llevo muchos momentos en el corazón"

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A los 34 años y aunque sentía que podía llegar a dar un poco más, Martín Pérez Bianchi decidió dar un paso al costado y retirarse de la práctica activa del fútbol. Defendió en más de 300 ocasiones la casaca del Club Luján.


Deportes. 30 de junio de 2019
"Me llevo muchos momentos en el corazón"
A los 34 años y aunque sentía que podía llegar a dar un poco más, Martín Pérez Bianchi decidió dar un paso al costado y retirarse de la práctica activa del fútbol. Defendió en más de 300 ocasiones la casaca del Club Luján.

En la vida, todo tiene fecha de caducidad. Todo concluye al fin, aunque los románticos digan que el amor es eterno. Es que nadie puede perpetrarse en un puesto. Tarde o temprano, la jubilación o el retiro llega.

En el fútbol sucede que el final de una carrera se da generalmente cuando para otras cosas se es todavía joven. Y aunque los tiempos se han extendido y hay algunos que se animan a correr detrás de la pelota hasta los 40, es cierto también que en un deporte cada vez más competitivo las diferencias físicas se notan y hay que suplirlas con calidad. Ahí es cuando se debe poner en la balanza si vale la pena seguir con el esfuerzo diario después de haber conseguido el mote de ídolo dentro de una entidad que no olvidará su nombre y que seguramente estará a la altura de Javier Brayotta y Javier Vallejo, no por ser goleador sino por la entrega demostrada en más de 300 partidos con la casaca del Lujanero: Martín Pérez Bianchi dice adiós.

Queda para este momento una estrofa de la canción de Alejandro Lerner: "Se fueron los aplausos y algunos recuerdos. Y el eco de la gloria duerme en un placar. Yo seguiré adelante atravesando miedos. Sabe Dios que nunca es tarde para volver a empezar"

UNA HISTORIA ALBIRROJA

Fue Gerardo "Piri" Garate el que lo hizo debutar en la Primera División del Club Luján, en una época en la que casi quedan libres y terminan jugando en la Liga Lujanense junto a Federico Carneiro (nota de este medio en ese entonces, con ambos empujando una topadora con el título "Los todo terrenos piden pista").

No marcó demasiados goles. El primero fue ante Sacachispas de cabeza, tras un centro de Maximiliano López (actual coordinador general del fútbol). El segundo en Loma Hermosa a Justo José de Urquiza por entre las piernas de Pablo Borgnia en un empate en uno de una lluviosa mañana. El último al arquero Figueroa del CADU en el Campo Municipal, con un zapatazo desde afuera del área.

Además, se fue expulsado en cuatro ocasiones. En su periplo deportivo, también decidió probar suerte una temporada en Acassuso, pero Fabián Nardoza no le dio la continuidad deseada y retornó a su fiel amor. Tuvo de entrenadores, entre otros, a: Mario Pighín, Gerardo Garate, Fabio Lenguita, Walter Cataldo, Sergio Rondina y Javier Brayotta.

Su último entrenador fue Abel Orona, durante el certamen pasado, donde se terminó ganando un lugar. Pero sin lugar para el próximo torneo, decidió colgar los botines: "Es algo que venía analizando porque no lograba tener continuidad en el equipo. Más que nada, después de la operación en la rodilla, todo se hizo cuesta arriba. Intenté y traté de poder estar pero justo cuando pensaba que iba a tener continuidad me lesioné en el clásico contra Alem y eso terminó por sacarme fuerzas".

"A partir de ese momento, entré en la paradoja de qué hacer con mi futuro. Hablé con el coordinador del club, Maximiliano López, para interiorizarme en sí ellos iban a tener confianza en mí para el venidero torneo porque, si bien las ganas de parte mía estaban, no quería estar otro año entrenando para terminar después jugando muy poco. Ante una respuesta sincera, pensé que lo más justo para ambas partes era poner a disposición del club la decisión de dar un paso al costado", contó el ahora ex futbolista.

A la hora de los agradecimientos, no quiso olvidarse de sus padres (Ricardo y Graciela), de toda su familia que nunca dejó de apoyarlo en tantos años de fútbol. Sobre su estado de ánimo actual, comentó no estar triste sino satisfecho para acotar: "Uno se da cuenta que dejó algo en el corazón del hincha pero ahora es la hora de dar vuelta la página en la faz como futbolista y seguir ligado al club. Si bien aún no hay nada definido, está la chance y ese ofrecimiento me puso muy contento para mí. Es un halago y me sumaré a dónde sea. Me llevo muchos momentos en el corazón. Muchos compañeros y buena gente que nunca voy a olvidar".

En lo inmediato, la idea de Pérez Bianchi es realizar el curso de director técnico. "Tengo muchas ganas, ya estuve como entrenador de las chicas del fútbol femenino y la verdad que estar de esa lado de la línea de cal también fue algo que me gustó mucho".

Ahora se viene la parte linda de dormir hasta tarde, comer asado sin culpa, alentar al Lujanero desde la tribuna, seguir siendo ídolo de la peña Martín Pérez Bianchi e intentar que su negocio personal de venta de ropa deportiva siga creciendo.