Después de tres largas horas de conversación, el plantel volvió a entrenarse, aunque solo lo hizo du
Desde las 10 hasta las 13, el plantel aurinegro estuvo a puro diálogo con Blas Giunta. Todos de civil, con los bolsitos sin abrir y con una idea firme: si no aparecía el presidente, Juan Antonio Echeverría, iban a repetir el paro del martes.
Como el reloj fue corriendo y no había noticias del mandamás del Mirasol, se fueron acercando otros dirigentes para plantearles una suerte de solución a los jugadores. Nada menos que la promesa de propiciar una reunión entre el plantel y el presidente.
Así fue, entonces, que quedó pactado para este jueves un cónclave crucial entre las partes, con la idea de dirimir la cuestión y que la plantilla viaje con la mente en blanco hacia Paraná, donde el domingo visitará a Patronato.
Acto seguido, los muchachos que conduce Giunta se movieron durante media hora en una de las canchas auxiliares de la Ciudad Deportiva, y luego se retiraron a sus hogares.
La bronca del plantel se desató por la acumulación de sueldos adeudados de los últimos dos meses, más la falta de comunicación de la cúpula dirigencial.
Hubo principio de acuerdo, se espera que el jueves fumen la pipa de la paz y que, de una vez por todas, se pueda empezar a hablar de fútbol.
