Mejor prevenir que curar o lamentar. Esta fue la decisión, muy coherente, que adoptó el Ministerio de Seguridad de la Provincia al no autorizar a Central Norte a jugar en el Gigante del Norte, el domingo frente a San Jorge de Tucumán.
Ante la negativa de la Policía los directivos cuervos no tuvieron otra alternativa que volver a ser locales en el estadio Martearena, escenario donde recibirán al elenco tucumano a partir de las 18.30.
Los recientes hechos de violencia que protagonizaron los hinchas azabaches en el clásico con Juventud que se jugó el martes pasado en el Martearena, donde causaron destrozos en las instalaciones, puso en alerta al organismo de seguridad sobre posibles nuevos incidentes. Pero también se tuvieron en cuenta otros incidentes en la zona del estadio albo, en partidos anteriores.
Héctor D'francesco, vicepresidente de Central explicó: “Estaba todo acordado con los dirigentes de Gimnasia, quienes tuvieron una gran predisposición, alquiler y posibles daños en las instalaciones, pero la Policía no autorizó que juguemos en ese estadio”.
Las fuerzas de seguridad, calificaron “un partido de alto riesgo porque Central Norte está luchando por no descender, temen posibles destrozos a viviendas y a vehículos particulares de la zona”, dijo el dirigente.
Resignado al dictamen final y sin opciones para revertir la medida, D'francesco, agregó que quisieron jugar en el Gigante del Norte, “por pedido de los jugadores, pero no se pudo”, lamentó.
En cuanto a lo futbolístico, el DT Hubert Piozzi espera la confirmación desde el Consejo Federal sobre la suspensión de Fausto Apaza, por cinco amarillas, para armar el equipo.
