El delantero de Huracán Las Heras Maximiliano Herrera dejó su casa desde muy chico para perseguir su sueño y jugar al fútbol profesionalmente. Además contó cómo fue pasar el cumpleaños de su pequeña hija en plena cuarentena por la pandemia del coronavirus.
"A los 11 años me fui a vivir a un pueblo llamado Villa Constitución que está muy cerca de San Nicolás en la provincia de Buenos Aires. Ahí estuve un año en una escuelita de fútbol donde muchos clubes iban a buscar chicos y ahí fue cuando quedé en Independiente de Avellaneda", dijo la Bestia en diálogo con Ovación (Radio Nihuil).
Y continúo: "Estuve desde el 2007 al 2015 en el Rojo. Después pasé a Chacarita, previamente firmé con Independiente, volví y me dieron a préstamo a Arsenal donde debuté con Martín Palermo".
Herrera, de 27 años, repasó por los clubes por los que anduvo y en todos dejó un buen recuerdo: "Luego jugué en varios clubes. En Agropecuario me tocó ascender del Federal B al A, y de ahí pasé por Pacífico de General Alvear, por Altos Hornos Zapla, por Huracán, por Cipoletti y ahora volví al Globo".
El riojano no se olvidó de lo difícil y sacrificada que es la vida del futbolista y aseveró: "Todos se piensan que la vida del futbolista es fácil, pero es durísima. Me alejé de la familia desde muy chico, sin embargo estoy haciendo lo que amo y disfruto de estos momentos".
Sobre el entrenamiento que está realizando en el medio del parate del fútbol por el coronavirs contó que "el profe (César Castilla) está en permanente contacto mandano planes de trabajo y rutinas".
"Cada uno y como puede respecto al espacio de su casa lo vamos haciendo. Yo en mi caso vivo en un departamento y me las arreglo en una piecita para hacer lo que nos piden hasta que se arregle esta situación", explicó.
Un cumpleaños distinto, pero con mucho amor
Maxi contó que junto a su mujer Malena tenían todo preparado para celebrarle el cumpleaños número 2 de su hija Moana, pero el aislamiento obligatorio por la pandemia del coronavirus se los impidió.
"Estábamos en plenos preparativos porque se lo íbamos a festejar el 1 de abril, pero obviamente no se lo pudimos hacer. Estuvimos los tres solitos, mi señora le hizo una tortita y la verdad que fue un cumpleaños atípico porque teníamos otros planes. La idea era festejarlos con los amigos y allegados de Mendoza", contó.
Y añadió: "Igual lo disfrutamos, hicimos videollamadas con la familia que ambos tenemos en La Rioja y con los de Buenos Aires también. Les cantamos el feliz cumpleaños y sopló la velitas"
"Es lo que hoy no está pasando y hay que llevarlo lo más responsable posible hasta que se levante la cuarentena y se pase el virus", cerró.
