Primera Nacional - INSTITUTO

Pablo Soda: "Mi sueño es ascender con este grupo de compañeros"

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En una entrevista para La Voz, el goleador habló de su complejo recorrido para llegar a ser el delantero titular de Instituto y de la gran unión que existe entre los juveniles del club. "Jugar con compañeros que siguieron el mismo camino que yo, es una de las mayores alegrías", aseveró Sodita.

"Estoy contento, es un momento que venía buscando desde que arrancó el campeonato. Pero más que nada feliz por el triunfo que se nos dio", sostuvo Soda, la figura de la Gloria con dos goles (uno de antología) ante All Boys el domingo por la noche, en la casa de sus padres en Jesús María.

Los que lo vieron a "Sodita" tomarse a diario el interurbano hacia Jesús María saben el esfuerzo que hizo. "Me llegué a comer hasta una hora y media en la Juan B. Justo esperando el bondi. Y te querés matar", recordó el delantero, que aun jugando en primera se tomaba el ómnibus para volver a casa.

–¿Es cierto que los choferes a veces te esperaban?
–Cuando me veían del otro lado de la Juan B. Justo, me esperaban hasta que cruce. De otra manera, iba a tener que esperar el otro colectivo y se hacía un poco lento todo. Había que correr, sino no llegaba a la escuela.

–Corrías más que en un clásico...
–Es que mi vieja me mataba sino. Gracias a ella terminé el secundario, era lo que más quería. Ahora ya estoy viviendo en Córdoba hace unos meses. Pero cuando tengo el día libre me vengo acá. En Jesús María tengo mis amigos, mi familia y mi novia.

–¿Pensaste en bajar los brazos alguna vez?
–Como todo chico de inferiores, tuve que hacer un gran sacrificio. Me iba todos los días desde Jesús Maria a La Agustina a entrenar. Pero es lo que yo elegí, lo que me gustaba. Por suerte se me está dando todo ahora. Fijate que ahora estoy jugando con muchos compañeros que siguieron casi el mismo camino que yo. Esa es una de las mayores alegrías. Acá cada chico que le toca jugar deja todo por el compañero.

Cuando más lo necesitaba, apareció Héctor Rivoira, quien le otorgó su confianza y le devolvió las ganas de jugar al fútbol que mostraba en los potreros de Jesús María. O las mismas que tenía en el torneo de El Doce, donde fue goleador y se cansó de mandarla al fondo de la red hace unos años.

"Siempre voy a ser un agradecido al ‘Chulo’. Cuando decían que yo no podía jugar, él me bancó, me dio toda la confianza. Por suerte pude devolverle dentro de la cancha esa seguridad. Día a día que pasa me da más apoyo", cuenta el delantero.

–¿Cómo se dio tu llegada a Instituto?
–Tuve un paso por Atalaya, luego cuando lo compra Talleres, yo me quise ir. Me fui a Racing porque estaba un amigo, Federico Bravo. Estuve un tiempito, pero me fui porque no jugaba mucho. Me iba a volver a Jesús María, pero "Cachi" Echarri me consiguió una prueba en Instituto y fui. Arranqué en la local y después pasé dos años por la AFA hasta que me subieron a primera. Antes de eso, tuve un paso por Belgrano, pero fueron dos pruebas nomás y me quedaba muy lejos.

–¿Cuál es tu sueño ahora?
–Mi sueño es ascender con Instituto y seguir disfrutando adentro de la cancha con este grupo de compañeros que tenemos y jugar cada partido que viene como una final. Estoy muy cómodo en el club.

–¿Se puede en este torneo pensar en subir o la idea es otra?
–Nos quedan 13 finales, cada una que pase la vamos a jugar así, dejando todo dentro de la cancha, para acercarnos lo más rápido que podamos a la punta del campeonato, como pasó el torneo pasado. Después, al final, veremos para qué estamos.