Alfredo Calderón Rosales, uno de los refuerzos del chaira, hizo su primera práctica con el equipo. Su vida, su historia, sus expectativas en la otra punta de su país. Este domingo, la nota completa en la edición impresa. La acepción de la palabra "harto" para los chilenos es muy distinta a la que se le da de este lado de la cordillera. Alfredo Calderón Rosales la utilizó varias veces en un puñado de minutos para revelar su cansancio por dos días sobre la ruta, por el calor olavarriense que lo recibió, y por la nostalgia que empieza a sentir por la lejanía con su pequeño hijo Adriano. "Estoy bien, porque jugué hasta fin de año en Chile, por eso no creo que tenga problemas para hacer toda la pretemporada" anticipó y habló sobre Racing: "Sé que estamos ahí, que ganando un par de partidos seguidos nos podemos acomodar en la tabla, y que nos quedan partidos con los equipos que están arriba nuestro". Casi un siglo después de que un chileno impusiera la estrella en el escudo de Racing, del otro lado de la cordillera llegó Alfredo Calderón Rosales, y detrás suya la esperanza de goles que ayuden para consolidar a Racing en la principal categoría del Consejo Federal.