Sufriendo, tal como lo marca su estigma. Así consiguió su clasificación al play off Gimnasia y Tiro, tras vencer en el Gigante 1 a 0 a Rivadavia de Lincoln, gracias al guante mágico y providencial del Arenero López en su tiro libre. Y también gracias a Cipolletti, que le tendió una mano venciendo a Unión.
El albo arrancó errático, con imprecisiones y carente de ideas. Rivadavia lo embarulló de entrada y lo metió en el lodo, como un león mañero y orgulloso que quería salvar de pie su estirpe tras consumar hace algunos días la pérdida de la categoría. Gimnasia merodeó por primera vez en el área de la visita a los 13’, tras una fenomenal pared entre Mauri y Héctor López, quien comenzaba a presagiar una noche especial.
Transcurrían los minutos y el millonario no encontraba los caminos merced a un contrincante que le bloqueaba todas las entradas y lo complicaba de contra.
Y las emociones comenzaron a llegar a los 22’: “jugadón” de Chaves, taco de Saucedo y remate rasante y exigido de Zárate que controló en dos tiempos un apremiado De León.
Sin embargo, los de Ragusa no se soltaban del todo, aunque el golazo del Arenero a los 35’ (una caricia de derecha con un tiro libre quirúrgico que fue directo a la ratonera) comenzó a abrir el cerrojo y Gimnasia encontró la tranquilidad.
Después tuvo dos chances concretas para aumentar antes de irse al descanso. A los 38’ la Chancha robó un balón en el medio, se la cedió al Arenero y éste envió el centro que descolgó Villarreal, aunque sin precisión en su testazo. En la siguiente, De León le ahogó el gol a Vazzoler.
En el complemento, el local bajó la intensidad y la predisposición abrumadora que se presagiaba por aquella enjundia electrizante de los últimos minutos del primer tiempo. No fue tal en la segunda mitad. La vergüenza deportiva llevó al rojo a prolongar el suspenso; aún así, el albo pudo llevarse su premio.
