Argentino A - JUVENTUD ANTONIANA

Juventud y el peor de los finales

Por:  

Cada vez que se sentencia que Juventud Antoniana tocó fondo, el presente le vuelve a dar una cachetada de realidad que lo hunde un poco más. Y el próximo domingo puede ser peor (depende de qué lado caiga la moneda en el apasionante clásico desempate en el que uno de los salteños descenderá al Argentino B). ¿Hacía falta llegar a esto? Y más un equipo de Juventud, cuya posibilidad latente de descenso era una real utopía hace algunos meses para el equipo que cuenta con la mano paternal y apadrinadora del gobierno, que paradójicamente, le soltó la mano en las instancias finales (ningún dirigente acompañó al plantel a una final en San Luis y algunos jugadores explotaron en contra de la Intervención).

Dio la sensación que en esta durísima realidad que castiga al fútbol de Salta, que derivó en el desempate menos deseado entre salteños, el que más contribuyó fue Juventud. Por su terrorífica campaña de las últimas fechas que llegó a hundirlo en la tabla general, por su pronunciada irregularidad, por su falta de actitud, por sus repetidos errores y por la falta de hambre, de personalidad y de ímpetu cada vez que sale a jugar afuera de Salta, donde nunca pudo ganar. Y mucho menos ayer, que cayó por 3 a 2 ante Estudiantes de San Luis en un encuentro para el infarto y que contó con todos los condimentos de una definición del descenso: ciclotimia, emociones, chispazos, fuertes cruces, ánimos alterados e incidentes.

Pero lo cierto es que los puntanos lograron la ansiada salvación ante un santo “clásico”, que repitió todos los errores que cometió jugando afuera de la provincia en toda la temporada, sobre todo en la faz defensiva, lo que lo llevó a no sostener el empate parcial que con tanto mérito había conseguido en aquella ráfaga de ganas que evidenció en el complemento.

El santo salió a jugar nervioso, impreciso, con la pelota quemándole los pies y sin una referencia en cancha de su lado que ponga el temple necesario. Por su parte, Estudiantes salió como una furia y abrió el marcador a los 28', tras un corner y un cabezazo de Moreyra a la red.
El santo reaccionó, pero no contó con la fortuna, ni con las ideas a su favor. Así se desvaneció el primer tiempo, mientras que en el segundo el santo evidenció un cambio de actitud. Pero sus intentos dieron sus frutos recién a los 30', con un jugadón de Cárdenas, quien habilitó a Litre, que a su vez le sirvió el gol a Badaracco, el hombre más claro del santo, poniendo el empate que cambiaba la historia (hasta ahí el santo se salvaba y mandaba a Central Norte a jugar el desempate con Estudiantes). Pero luego derrumbó todo el castillo con sus errores de siempre: Gatto y Moreyra Aldana marcaron el segundo y el tercero ante la fragilidad defensiva y con regalo de Maino incluido. Y ni siquiera el descuento tardío de Badaracco pudo cambiar la historia.

Ver más:
Juventud Antoniana