Primera Nacional - INDEPENDIENTE RIVADAVIA

El psicólogo de la Lepra

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Sergio Mosconi se sumó hace poco al equipo que ahora dirige Pablo De Muner. El especialista cuenta cuál es su función en el plantel.

La psicología aplicada al deporte se introdujo a principios del siglo XX y los primeros países donde se aplicó fueron la ex Unión Soviética, Alemania y Estados Unidos. En lo que respecta al fútbol, y más específicamente en nuestro país, se podría afirmar que está transitando los primeros pasos.
En la era del fútbol moderno se ha transformado en una herramienta más para sacar lo mejor del futbolista.

Independiente Rivadavia no es la excepción y desde hace tiempo que cuenta con un psicólogo. Sin embargo, Sergio Mosconi desembarcó hace poco en el Parque y cuenta cómo es su labor en la Lepra. "Hace dos meses que estamos en la institución", sostuvo el nuevo integrante del cuerpo técnico azul.

–¿Específicamente qué fue lo que te pidieron?
–Tuve una entrevista con Pato Colucci y me comentó que estaban necesitando un psicólogo del deporte y le dije lo que yo hacía, cómo trabajaba. Después tuve una charla con el cuerpo técnico anterior, les interesó el proyecto y empezamos a trabajar. Básicamente, me pidieron trabajar la cabeza.

–¿Cómo se dividen tus funciones?
–El deportista trabaja la parte táctica, técnica y física, y la mental queda relegada porque no hay especialistas en eso, entonces mi función es trabajar a nivel individual, fortalecer a la persona en la toma de decisiones, solución de problemas, ver qué cosas están incidiendo para que su rendimiento no sea el óptimo y también trabajar en la cohesión de equipo para que cada uno saque lo mejor del compañero.

–Son muchas mentes, ¿cómo se hace para sacar lo mejor de todos?
–Me he encontrado con un grupo de profesionales en todo sentido; primero muy buena gente y después con muchas ganas de crecer y de hacer algo importante. Más allá de que sabemos que no se están dando los resultados, a nivel interno se está gestando algo lindo, algo importante, que tiene que ver con esto de integrarse de aceptarse y de cada vez ir confiando más en el compañero y en uno mismo. A veces uno cree que las cosas están mal porque no se dan los resultados, pero cuando vemos al interior del grupo, sabes que en algún momento los resultados van a llegar.

–¿Favorece que Pablo De Muner sea un técnico joven?
–Es bastante relativo, tiene que ver más con el liderazgo; podes ser grande de edad, pero tener un manejo de grupo importante, saber llegar, saber qué decir en el momento justo, a quien hay que pinchar, a quien hay que esperarlo, manejar la psicología, y eso lleva tiempo, implica charlar, cómo juegan, lo que quieren, qué les gusta, lo que no... Es todo un trabajo lo que hay que hacer.

–¿Viene algún jugador para contarte que tiene problemas extrafutbolísticos?
–Se va generando la confianza. En estos dos meses lo que he procurado es acercarme a los chicos, independientemente de las charlas grupales, donde damos técnicas bien específicas para rendir mejor, es acercarse y generar un vínculo, que ellos me conozcan y tengan confianza de decirme lo que piensan sin ningún inconveniente. Eso se está generando.

–¿Estas técnicas de las que hablas, son motivacionales o más específicas?
–En las técnicas están incluidas el control de pensamiento; si yo me emociono es porque estoy pensando, la ansiedad es sinónimo de futuro, estoy pensando en algo que todavía no aparece, pero quiero que suceda ahora, por lo tanto estoy ansioso, me pongo nervioso. Aprender también que si me equivoco ya está, no puedo rescatar nada, sólo me queda la experiencia; si me quedo enganchado en lo que pasó me pierde de vivir el segundo a segundos que vienen. Entonces son técnicas puntuales para ir viviendo el momento a momento, para estar a pleno.

–¿Cómo se hace para nivelar tantas personalidades diferentes?
–La diversidad está buena, porque tenés experiencia y gente joven. Cuando el objetivo está claro no importa si el grupo es heterogéneo y la metodología de trabajo es clara y precisa, todos vamos para adelante, cada uno con su impronta, porque es importante que la saquen. Que sean diferentes, suma.

–¿Con los líderes del grupo hablas más o es igual?
–Charlo con todos, pero de hecho también hablamos de liderazgo, la propuesta de formar líderes, porque hay características de liderazgos, pero hay otras que necesitan desarrollarlas como también el cuerpo técnico. Mi trabajo también es con el cuerpo técnico, darle herramientas para sacar lo mejor de los jugadores.

–En todos los grupos están los líderes "pesados", ¿cómo se maneja esto?
–He estado con grupos con líderes pesados. He estado en grupos así, yo jugué al fútbol y salimos campeones y habían compañeros complicados, pero cuando llegué acá me llamó la atención de cómo habían hecho la selección de jugadores; el coordinador, Nico (Medina), me comentó que el filtro fue bastante intenso en relación a cómo eran como jugadores y como personas, se buscó lo integral, y me encontré con gente de muy buena calidad humana, por eso no veo en este grupo gente conflictiva o que reste, porque no se está jugando o con mala cara por alguna decisión que no le gustó, siempre está la predisposición al trabajo desde el lunes, por más que no hayamos ganado.