El lateral de Alvarado es pura fe. "Nunca había sentido lo que ahora. Hay un revuelo muy grande, mucha ilusión. Hay gente que sueña, gente que daría la casa por el ascenso", se entusiasma el balcarceño.
Juega y mete. Representa de pies a cabeza lo que sienten los más fervorosos hinchas de Alvarado. Fernando Ponce es el continuador de una larga tradición de jugadores nacidos en Balcarce que se destacaron en Mar del Plata. Muchos de ellos jugaron para el "Torito": Alejandro Mascareño, Jorge Fernández, Damián Luengo, Mariano Felices, Manuel Madrid, Fernando Telechea…"Mi papá era muy amigo del ‘Chivo’ Oscar Álvarez, pero ese hizo campaña en Aldosivi", acota este balcarceño de 26 años, uno de los abanderados del sueño de llegar a la Primera B Nacional, en una charla con este medio.
-Este partido del domingo fue redondo…
-Se dieron cosas que no se nos dieron durante el transcurso del torneo. El gol tempranero y ampliar la diferencia enseguida nos simplificó todo. Nos había tocado llegar mucho y no ser eficaces. Ayer llegamos 3-0 arriba al entretiempo. A nosotros lo que mejor nos sienta es tener la pelota. Pero cuando vas y no entra, te empezás a exponer en el fondo. Y si conseguís un gol nada más -por ahí inconscientemente-, te retrasás para defenderlo y nos ha pasado más de una vez que nos empataran sobre la hora por ese motivo. Miré otra vez el partido y cuando recibía un jugador de Madryn había dos o tres nuestros muy cerca. Se presionó alto, se manejó la pelota y, cuando fue necesario, le pegamos para arriba y lejos. Creo que hicimos un partido muy inteligente.
-La intención fue la de otras tardes. La diferencia tal vez fue la eficacia y que pudieron sostenerla más tiempo…
-Madryn en su cancha fue duro. Pero el gol tempranero le cambió los planes. De lo contrario, tal vez nos costaba tanto como los demás. Pero ayer pudimos plasmar la idea madre.
-¿Fue el mejor partido del torneo?
-Hicimos otros buenos. Si lo analizamos por el resultado, por lo que se jugaba y por el marco, este partido con Deportivo Madryn fue el mejor de todos. Pero, por ejemplo, por Copa Argentina acá jugamos un gran partido frente a Deportivo Roca y nos eliminan en el último minuto y por el gol de visitante. Reuniendo los dos partidos de la serie, tuvimos como cincuenta jugadas de gol y metimos nada más que dos.
ALVA final 23
-¿Nunca habías jugado para Alvarado con tanto público en la cancha?
-Sí, pero no me sorprendió. La gente acompaña todo el año, siempre lo remarco. No me sorprende nada del cariño de la gente. Me tocó ver desplegar el telón, viví varias cosas muy lindas. Pero esta vez disfruté mucho. Fuimos más locales que nunca.
-¿Percibís que es un momento muy especial?
-Nunca había sentido lo que ahora. Hay un revuelo muy grande, mucha ilusión. Hay gente que sueña, gente que daría la casa por el ascenso. Los hinchas van a las prácticas, nos hicieron una despedida muy buena cuando salimos para buscar la clasificación al pentagonal a la cancha de Sol de Mayo. Se ha despertado una expectativa muy grande.
-¿Les gusta este revuelo o prefieren quedarse un poco al margen? Habrás escuchado historias de cómo se vivieron los días previos a la final con Arsenal en 1992…
-Yo no sufro de nervios ni de ansiedad. Escucho cosas, pero me mantengo al margen del boca en boca. Después del partido hablaba con "Trapito" Ceballos y coincidíamos en que por el torneo, por el sacrificio, por las críticas que recibimos cuando las cosas no se nos daban en el octogonal, nos merecemos que este tren llegue a la estación que todos queremos. Escucho que ese equipo de 1992 había hecho todo bien…Yo no quiero que cuando mi nombre se escuche en Mar del Plata se relacione a un equipo que pudo haber llegado. Yo quiero el premio.
-¿Imaginaron estar en esta posición una vez terminado el partido con Estudiantes de Río Cuarto? Fue un golpe duro, se sintieron despojados, por ahí en ese momento se les cruzó por la cabeza que este tampoco era el año…
-Cuando clasificamos al pentagonal en Viedma, nos mentalizamos en ir a buscar ese primer partido. Pero el rival juega. Después de todas las cosas que pasaron en Río Cuarto, metimos la cabeza en trabajar para lo que seguía.
-¿Repasamos tu historia en Mar del Plata? Antes de llegar a Alvarado, estuviste entrenando con Unión…
-Sí, estuve todo el 2014 jugando en el Linx de Gibraltar, con otro chico de Balcarce, Cristian Fraiz. Volví al país e hice toda la pretemporada anterior a la Primera B Nacional, pero un día me llamó Gustavo Noto y me dijo que me quería, pero que iba a ser el séptimo marcador central. Si era el quinto me podía quedar a pelearla, pero estaba muy atrás y decidí irme.
federal aº
-¿Quien te hizo marcador de punta?
-Daniel Lapadula, técnico de Boca de Balcarce. Siempre en inferiores fui volante creativo. Jugaba a la izquierda del "5". Me hizo debutar en primera a los 13 años, una locura. Yo había pegado el estirón, estaba cambiando mi cuerpo y no podía hacer algunas cosas que hacía de más chico. Estaba pensando en no jugar más, hacerlo nada más que con mis amigos para divertirme. Pero él me dijo que si le daba bola, iba a jugar en primera. Mi viejo me dijo que Daniel no me iba a regalar nada, pero me iba a cumplir. Mejoré mi físico en la pretemporada y el día que fuimos a hacer fútbol cancha y me mandó para atrás. "Vas a jugar de 3", me dijo. Y casi no me moví de ahí. Alguna vez jugué de volante, pero ahora estoy totalmente acostumbrado a jugar con la cancha de frente. Cuando completé las inferiores en Banfield de AFA, fui más polifuncional.
-¿Y después?
-Cuando me volví de Banfield, ya había decidido retirarme. Después de las Fiestas, una tarde tomando mate, mi viejo me convenció de jugarme una ficha más. Me fui a La Plata, hice un acondicionamiento físico de cuatro meses, mientras mi representante me buscaba algo. Y salió lo de Gibraltar. Después, cuando no quedé en Unión, Gustavo me recomendó a Luis Nicoletti. Él me trajo a Alvarado. No jugué casi mientras estuvo, pero cuando lo echaron, al partido siguiente me hicieron debutar Gustavo Gatti y "Archi" Ayala. Ese día fui marcador central y echaron al lateral izquierdo. Al partido siguiente, ya con Duilio Botella, ocupé ese puesto. Y en la semana posterior me agarró en una práctica y me dijo que yo iba a ser su "3". Un fenómeno el viejo.
Del tipo tranquilo al luchador bravo
Si algo sobresale del juego de Fernando Ponce es que le pone mucha pasión. "Siempre jugué al límite, por temperamento. Pero, afuera de la cancha, es difícil que me enoje. En el vestuario hay de todo antes de un partido.
Están los que rezan, los que sufren, los que toman mate, los que no les pasa el mate…Yo nunca me pongo nervioso. Pero cuando voy caminando del túnel a la cancha cambio el chip y cuando cruzo la línea soy otra persona. Pero, en líneas generales, disfruto hasta de las entradas en calor. La carrera de un futbolista pasa rápido. El éxito y el fracaso suele medirse por lo que tenés. Mi tranquilidad será mirar para atrás y comprobar que he disfrutado con mi trabajo. De lo contrario, habré perdido el tiempo", reflexionó.
