Si bien el Apertura quedó en manos de Cañuelas, el DT de Lafe ponderó el apoyo de la gente a un equipo que dio todo hasta el final. "Fue un premio enorme, porque significa que algo bueno hemos hecho", valoró.
En Deportivo Laferrere, la angustia por ese ascenso que se viene frustrando desde hace trece años ha generado que los hinchas suelan tener un crédito bastante escueto con los sucesivos planteles. Sin embargo, desde la llegada de César Monasterio, el equipo fue encontrando una identidad futbolística, con un carácter y una búsqueda ofensiva acordes a las exigencias del club, que fortalecieron la ilusión.
Una llamita que permanece encendida, pese a truncarse el festejo del título en la última fecha, ya que la enorme ovación que recibieron el plantel y el cuerpo técnico tras el 3 a 1 a Español plasmó esa afinidad del pueblo Villero con un grupo de futbolistas que dejó la vara alta de cara al Clausura.
El DT destacó "el compromiso, la solidaridad y la seriedad" con que trabaja el plantel.
En charla con El1 Digital, el DT analiza los motivos de tamaño reconocimiento de la gente y hace un balance del torneo en que Lafe hizo una campañón, que no quedó en la cima por una campaña aun más extraordinaria como la de Cañuelas. "No hay nada que reprocharle a este plantel", resaltó.
Cuando llegó el fatídico gol de Cañuelas, ¿cómo lo manejaste?
Fue difícil abstraernos de eso. Yo pedí que no me dijeran nada hasta que no tuviéramos la diferencia de dos goles que se necesitaba para tener chances, por si Cañuelas empataba. Pero fue difícil, porque los jugadores preguntaban.
¿Cuáles son los puntos que más lamentás no haber conseguido?
Muy pocos. Uno siempre se enfoca en los partidos decisivos que es cuando más cuesta. Y, de los últimos nueve partidos, Lafe ganó siete y de visitante ganamos todos. Por eso, no hay reproches ni quejas hacia estos jugadores. Se habla de la derrota ante Victoriano Arenas (1-0, en la fecha 17), pero le generamos situaciones de gol muy claras y no pudimos convertir. Son partidos raros que se dan, pero, en cuanto a la actitud, nada para reclamar y muy poco para corregir.
¿Qué balance hiciste?
Muy positivo. Fuimos de menor a mayor, y eso quedó reflejado en las estadísticas: obtuvimos 15 puntos en las primeras nueve fechas y sacamos 22 unidades en las últimas nueve. Fue una notable mejoría, que habla a las claras de lo que crecimos como equipo. No nos alcanzó, pero internamente nos deja tranquilos.
¿Qué es lo que más destacarías de este grupo de jugadores?
El compromiso, la solidaridad y la seriedad con que se trabaja. Creo que los grandes grupos, a la larga, terminan logrando cosas importantes.
¿Te esperabas ese reconocimiento del final, pos 3-1 ante Español?
Fue una grata sorpresa para nosotros. Sabemos que la gente viene golpeada, que ya pasó mucho tiempo en esta categoría y que necesita buenas noticias. El reconocimiento fue un mino al alma, un premio enorme, porque significa que algo bueno hemos hecho. Le dimos una identidad al equipo y los hinchas valoraron que vayamos a buscar los partidos de local y de visitante, y se vieron reflejados en ese esfuerzo.
¿Cómo encontraste al grupo en el inicio de la última semana de trabajo?
Los encontré agotados, muy cansados, sintiendo el enorme esfuerzo que hicieron. Han dejado todo por lograr el objetivo y, ahora, necesitan recomponer energías, tomar un poco de distancia de lo que pasó y volver a recargar pilas para encarar con mucho optimismo la segunda parte de la temporada.
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