El defensor del Deportivo Maipú Marcos Lamolla, tiene amor por el fútbol desde chico. Siguió los pasos de su padre Juan Carlos, que hizo historia en el Cruzado en la temporada 86-87, en el Nacional B.
Marcos es un jugador experimentado en el ascenso. Se define como un tipo tranquilo y tiene pinta de rockero. Se siente muy feliz viviendo en el departamento de Maipú.
"Desde chiquito estaba pateando y me acuerdo que en la casa de mi abuela siempre rompía algo", ironizó el defensor, entre risas.
"Mi mamá me llevaba en bicicleta a los entrenamientos. Son los recuerdos más lindos que tengo y que no me voy a olvidar más", recordó el jugador nacido en Pergamino.
"Tuve la oportunidad de ser jugador de fútbol y recorrí muchas provincias, donde las experiencias me hicieron madurar mucho como jugador", admitió.
"Es muy tranquilo vivir en Maipú. Hay gente muy amable y la verdad que me he sentido muy bien. En todo este tiempo que he estado, mi papá siempre me habló bien del departamento y ahora lo pude comprobar", afirmó.
Su pasión por la música
"Me gusta mucho el rock y me encantan varias bandas. La música me relaja y me ayuda a despejarme en este momento que estamos viviendo con la pandemia . Según los estados de ánimos, es lo que me pongo a escuchar", contó el zaguero central. Y agregó: "A lo mejor lo que tengo el pelo largo y ando a veces un poco despeinado, muchos piensan que tengo pinta de rockero", bromeó.
Su familia
"Soy un tipo casero, que le gusta mucho la familia. Extraño mucho a mis hijas, que las tengo en Buenos Aires", cerró.
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