La crisis mundial provocada por la pandemia de COVID-19 tiene paralizado al fútbol argentino desde mediados de marzo, cuando se jugó la última fecha de los campeonatos de las diferentes categorías. Esta situación genera angustia y malestar en la mayoría de los jugadores, por no existir aún una fecha cierta de regreso a los entrenamientos y partidos oficiales. No es el caso de Ezequiel D'Angelo, el talentoso mediocampista de Morón, quien aprovechó este parate para ponerse al día con otras de sus pasiones: el estudio y la música.
"En 2017 yo estaba en San Telmo -cuenta D'Angelo- y se acercó gente de la fundación El Futbolista, tuvieron una charla con el plantel y nos contaron que habían descuentos y beneficios en la Universidad Abierta Interamericana. Siempre quise estudiar algo, pero por diferentes motivos no me animaba a dar el paso. Fui a averiguar, y en abril del año siguiente ya estaba cursando la carrera de Contador Público. En cuanto a la música, me llegó desde muy chico: mi papá es fanático de Charly García, Fito Páez, Calamaro y Cerati, así que me crié escuchando rock.
- ¿Por qué elegiste esa carrera?
- En el secundario tenía orientación contable y me iba bastante bien, por eso me decidí. También me gustaba Kinesiología, algo totalmente opuesto (risas). Pero me incliné por Contabilidad.
- ¿Qué te dicen tus compañeros o profesores cuando se enteran que sos futbolista profesional?
- La mayoría se sorprende porque no es algo común. Siempre me preguntan dónde jugué o cómo es el ambiente. Hay profesores muy futboleros y eso es algo bueno, porque debido a las concentraciones puede pasar que falte a algún parcial, y ellos lo entienden. Hace poco rendí un final de Microeconomía por Zoom y el docente me dijo: el examen está muy bien, así que estás aprobado. Pero cuando pase todo esto, me tenés que regalar una camiseta (risas).
- ¿Por qué crees que no es común encontrar jugadores que estudien?
- Desde mi punto de vista, se necesita mucha constancia. Una carrera puede durar 4 o 5 años, y con todas las obligaciones que tiene esta profesión, a veces se complica estudiar. Pero cursando tres materias por cuatrimestre se puede llevar bastante bien, es cuestión de saber encontrar los tiempos. Hay que incentivar a que más jugadores opten por estudiar, instruirse y profesionalizarse fuera del fútbol.
Pero no todo son libros y apuntes en la vida del Mago, como lo apodaron en Morón, merced a las gambetas, pisadas y engaños que son parte de su repertorio habitual dentro de los campos de juego. También la música, y más exactamente el rock, es algo que lo mantiene activo en estas épocas de encierro. "Nunca fui de tocar instrumentos, y hace poco empecé clases de guitarra con un integrante de la banda de Daniel Osvaldo, Barrio Viejo. Aunque por ahora me gusta más mirar los recitales que estar arriba de un escenario (risas)".
- ¿Tenés relación con Osvaldo?
- Lo fui a ver a varios conciertos. Siempre admiré su carrera y, como músico, tiene temas muy buenos y lindas letras. Me gusta cómo suena la banda. Lo conocí a través de su hermano, que es vecino de mi barrio. Daniel me presentó a todos los integrantes, nos quedamos charlando un rato largo y le regalé una camiseta de Morón. Son todos excelentes personas.
- ¿Se escucha rock en los vestuarios?
- La verdad que predominan la cumbia y el reggaetón, pero cada tanto los compañeros ponen un poquito de rock para tenerme contento (risas). Cuando íbamos a entrenar en mi auto, los pasaba a buscar a Julio Salvá, Matías Cortave, Lucas Pérez Godoy y Kevin Gissi y en el viaje escuchábamos La 25 y Barrio Viejo. Algunas letras se aprendieron a la fuerza (risas).
- Si tuvieras que formar una banda de rock con compañeros del fútbol, ¿quiénes la integrarían?
- En la batería, Leandro Corulo (marcador central de Estudiantes de San Luis). Un tipo aguerrido, con buen juego aéreo: necesitamos fuerza detrás de los parches. Dos guitarristas: Lucas Pérez Godoy (actualmente en Gimnasia de Jujuy), un gran amigo que toca muy bien; y Alejandro Medina (arquero de Quilmes), que es bien rockero. En el bajo lo pondría a Kevin Gissi: necesitamos un rubio para el marketing, y él se prende en todas (risas). En percusión, Sebastián Anchoverri (arquero de San Miguel); en armónica, Matías Cortave, que es un romántico; y en teclados, a Julio Salvá.
- ¿Y vos?
- Yo canto, no me voy a quedar afuera. No sé si vamos a tener éxito, pero estoy seguro nos vamos a divertir (risas).
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