Argentino A - ALVARADO

En el nombre del padre y del hijo

El sábado debutó en la red con apenas 20 años en los que vivió demasiadas adversidades. El hijo del

Que 20 años no es nada dice el tango. Se equivoca, es tanto. Y a Braian Cortadi, quien abrió el camino para el triunfo de Alvarado ante Santamarina el último sábado, esta vida de apenas 20 años se encargó de darle lecciones, muy duras por cierto.

El fin de semana apareció en los diarios, noticieros y es una gran promesa del “Torito”, con apenas 30 minutos de juego en el plantel superior.

Carga con un apellido muy pesado, es hijo del siempre recordado Francisco “Cato” Cortadi, referente del fútbol marplatense y de Alvarado. Pero no tiene una historia común: fue albañil, padre a los 17 años, estuvo solo, callejeando, “en la joda” como se dice, sin ver a su hijo, distanciado de su madre.

La fama la consiguió el último sábado, pero su vida tiene una historia detrás. Dura. Complicada. Pero el pibe le dio pelea, está saliendo a flote y su objetivo hoy es ser parte de la historia de Alvarado como su padre y darle a su hijo Thiago, una vida mejor que la que él tuvo.

Ineludiblemente, la conversación comenzó por su padre. Su relación, la cual “es buena, él me llevó a Alvarado cuando yo no estaba bien”. Y en cuanto a la historia del “Cato” en el club dijo que “yo era muy chico cuando él jugaba, creo que ni siquiera había nacido, pero por lo que me contaron era ídolo donde iba y jugaba bien. Bastante seguido me cuentan cosas, pero no me comparan porque él era único. A mi hermano (Matías Jalil) lo comparan un poco más. Me cuentan que dejaba todo en la cancha, que era un ídolo a donde iba”.

- ¿Te genera alguna presión ser el hijo de un referente tan fuerte?

- Es todo distinto, tenés que luchar más, demostrar que estás en el club o sos titular no por ser “el hijo de” o por algún arreglo. Gracias a Dios lo demostré y Noto me llevó al plantel superior.

- ¿Vivís con tu papá?

- No. Mi viejo vive con su señora. Yo estoy con la mamá de un chico de la división local. Estoy hace dos meses, me abrieron las puertas de su casa. Cuando me separé estuve en la calle, no literalmente, pero no tenía donde vivir. Iba y venía de cualquier lado y estaba en la joda. Marcela, mamá de Santiago López, me abrió las puertas de su casa y me trata como si fuera su hijo.

- ¿Y tu mamá?

- Mi mamá tiene su pareja, otra familia y no tengo relación. Tuvimos una pelea, no hablamos más. Nos vemos de vez en cuando, pero cero relación. A los 13 años me fui a vivir con mi papá, y después de dos años la chica con la que estaba quedó embarazada y me junté con ella, en la casa de su familia.

- Siendo tan chico, con tantos golpes y responsabilidades, abandonaste el colegio.

- El estudio lo largué. Terminé séptimo grado y el año que viene pienso en terminar el colegio.

- ¿Entonces sos padre ya?

- Sí, Thiago tiene tres años. Todavía no caigo, pero es el amor de mi vida.

- ¿Y qué pasó con esa vida de familia con tu hijo y tu mujer?

- Jugaba en Aldosivi por ese tiempo, pero después (ya en Alvarado) no me daban los tiempos y salí a trabajar en la construcción y dejé de jugar un año. Me separé, volví a jugar y por ahora las cosas me están saliendo bien.

- ¿Por qué dejaste de jugar?

- Cuando me separé, me volqué a la joda por no saber qué hacer con mi vida, dónde caer. Paraba en casas de amigos, había dejado todo. Además no podía ver al nene porque no le pasaba plata a la madre y eso no me daba ganas de nada. La joda fue para escapar de eso, olvidarme. Estaba negado, no estaba cómodo en ningún lugar. Es muy duro pasar de ver su sonrisa (por Thiago) cada día cuando se levantaba, a no verlo casi nunca. En esos momentos lloraba todos los días.

- ¿Cómo saliste de esa situación?

- El que me dio una mano muy grande fue (Fabián) Montecchia, empecé a jugar con él y estoy muy agradecido, tanto con él como con mi viejo que trabajaba en el club. Llegue hace dos años al club. Estaba en las inferiores de Aldosivi, pero me fui porque no tenía lugar, no me iban a tener en cuenta. También mi viejo me dijo si quería jugar en Alvarado y acá estoy. Jugué en la local hasta que Noto me vio y me subió a Primera.

- ¿Ahí encausaste un poco tu vida?

- Al volver a jugar acomodé mucho mi vida, pude volver a ver al nene, me estoy cuidando mucho y dedicado al fútbol. La construcción y la joda quedaron atrás, me están pagando un sueldo en Alvarado y gracias a Dios puedo ayudar a mi hijo, que por suerte ahora lo puedo ir a ver cuando quiero.

- ¿Con respecto a tu hijo, tuviste o tenés alguien que te aconseje?

- Con Gonzalo del Rio hablé mucho, me aconseja todo el tiempo para que no pierda la relación con mi hijo. Se ofreció a ayudarme y me dijo que haga todo por mi hijo. Eso hago.

- ¿Tenés más hermanos?

- Sí, tres por el lado de mi mamá y otros tres por mi papá. Con los hijos de mi mamá no tengo relación, con el único que me llevo es con Matías. Somos muy unidos, yo por mi hermano mato, es único para mí. Él y mi hijo son lo más importante de todo.

- ¿Matías es hijo de tu mamá?

- De mi mamá y mi papá. Es que cuando nació Matías se separaron y no lleva el mismo apellido que yo.

- Si bien a tu mamá no la ves, al “Cato” sí. ¿Nunca hablaste de todo lo que pasó, la separación y esas cuestiones?

- No. Nunca hablé ni le reproché nada. Trato de estar bien y disfrutarlo ahora. Todo lo otro ya es pasado.

- Distinto con tu madre.

- Tuve una pelea, un rencor, que todavía me dura, pero algún día me voy a sentar con ella y trataré de arreglar las cosas.

EL FÚTBOL Y EL FUTURO

Braian Cortadi, en inferiores de Kimberley, tuvo la chance de pasar a jugar en los torneos de AFA con Aldosivi, donde no tuvo la continuidad que pretendía y, aparejado con los conflictos personales antes expuestos, dejó de jugar hasta que hace dos años entre Montecchia y su padre lo invitaron a sumarse a Alvarado. Allí, después de un año “Gustavo Noto me subió al plantel del Argentino”.

- ¿Y te benefició para sobresalir en el equipo del torneo local?

- Entrenando en el Argentino es otro ritmo y llegaba el partido de la local y jugaba mejor, más suelto. Después tuve la mala suerte de lesionarme antes de empezar la pretemporada. Hace poco me recuperé, Gustavo me vio y me dio la chance.

- Y debutaste hace 10 días ante Defensores de Belgrano de Villa Ramallo.

- Ya me había citado contra Unión, pero no entré. Después para ir Ramallo y fue algo único. Fue todo de un día para otro. Cuando Noto me dijo: “Braian vení que vas a entrar”, no lo podía creer. Me temblaban las piernas, como contra Santamarina el sábado. Me estaba poniendo las medias y me temblaba todo, hasta que entré a la cancha y se me pasó. Y hacer el gol fue impresionante. Cuando vi entrar la pelota no sabía qué hacer, corrí para la hinchada de Santamarina y me tiraban con todo, pero no me importó nada. Se me cruzó todo por la cabeza, pero en especial mi hijo y la familia con la que estoy viviendo ahora.

- Imagino la emoción de tu familia.

- A mi viejo y a mi hermano se le caían las lágrimas.

- ¿Soñabas que fuera así?

- No, pero el sábado en un momento le dije a (Gastón) Erviti “ahora entro, hago un gol y ganamos”. Y me dice, “¿de dónde sacaste esa película?”. Se dio así y en el festejo me dio la razón y nos reímos.

- ¿Ser hincha del club dio una sensación especial también?

- Soy hincha de Alvarado y la peleo mucho por eso y trato de dejar todo en la cancha. Quiero que Alvarado llegue a lo más alto posible.

- Y te tocó abrir un partido muy duro…

- Fue un partido muy luchado, Santamarina juega muy bien, tienen futbolistas de buen pie. Vinieron a jugar de igual a igual, pero después de la expulsión tuvimos más la pelota y lo fuimos a buscar. Nos costó mucho hasta que nos dimos cuenta que por afuera podíamos conseguir frutos y por ahí pudimos abrir el marcador.

- Ya tuviste tu bautismo, seguir peleando te premió el sábado, ¿cómo sigue la historia de Braian Cortadi?

- Seguir entrenando, sumar minutos y poder ser alguien en el fútbol. Ojalá logre ser ídolo de Alvarado como fue mi viejo en su momento. Todo esto lo hago también por mi hijo. Sé que llevo un apellido importante para la historia de Alvarado, pero no me fijo en eso. No me pesa, pero me gustaría mucho que se acuerden tanto de mi como lo hacen hoy con él.

Esta es la historia del héroe del sábado, que comenzó a escribir la suya en el fútbol. Dura, injusta, plagada de inconvenientes que casi lo hacen declinar, claudicar en su sueño de ser futbolista. Pero le puso el pecho y comenzó a enderezar el rumbo de su vida. Una vida que el propio Braian Cortadi define así: “Me pasó todo muy rápido en la vida. Sufrí, tuve un hijo, estoy cumpliendo el sueño de jugar en Alvarado. Ahora estoy haciendo las cosas bien y trato de que a mi hijo no le pase lo mismo que a mí”.