El 0-3, sufrido por Independiente en 39 minutos de juego ante el clásico rival, le rompió los recuer
A los 48 segundos el “Demonio” Hauche hizo una de las diabluras al Diablo, le tocó la oreja con una media chilena, sorprendiendo en el primer amistoso del año. El peor arranque de Independiente, irresoluto, sin ideas. Y para colmo, a los 5 minutos, el referente de la defensa, Claudio Morel Rodríguez, se hizo expulsar tontamente.
A los 35 min, Hauche, nuevamente protagonista, se escapó de Rodríguez, quien lo tocó al Demonio, y por medio de un –dudoso- penal del arquero, Saja marcó el 2-0. Hasta que a los 39 min. una pelota parada volvió a corromper al arco de Rodríguez. 0-3, tras cabezazo de Ortiz y entrada de Viola. Fiesta descomunal para la Academia, inimaginado ni por el más optimista. Golpe mortal en el orgullo del Rojo.
El tiempo restante fue de sobra. Ni siquiera el entretiempo hizo despertar del letargo más profundo a Independiente ni hacer olvidar los tres goles en contra. Aunque sea un amistoso, la práctica no funcionó. No hubo salida. Los de “Mostaza” Merlo se ocuparon de defender y manejar el balón, sin zozobras ni sobrar al rival caído, deshonrado.
“Hay que levantar la cabeza”. Gritó el capitán sustituto, Cristian Tula, hacia sus compañeros derrumbados. A no olvidarse del objetivo primordial. El 0-3 será solo un amargo recuerdo, que deberá ser olvidado lo antes posible.
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