Las estadísticas dirán que el punto con el que cerró el Deportivo Maipú su fase clasificatoria sirve y mucho. Con 29 puntos terminó sexto en la table general y ahora jugará el repechaje contra Cipolletti, Unión de Mar del Plata, Gimnasia y Tiro y Rivadavia de Lincoln, equipo al que le sacó en la 14 puntos en la General. Es decir, quedó muy lejos de la zona del descenso. Sin embargo, este Maipú se armó a principios de Temporada para pelear el ascenso. Por qué se cambió el objetivo. Simple, este elenco Cruzado no tiene identidad futbolística. Parece un equipo anémico, carece de fuerza y no aparece ese jugador que pueda cargarse al equipo al hombro y cambiar el rumbo de esta historia. Anoche, contra Alvarado el equipo volvió a tocar fondo. A nadie se le cayó una idea para romper el molde. El rival también fue mediocre, pero algo intentó. Ganó la mitad de la cancha y generó una que otra situación. Maipú volvió a jugar con línea de cuatro hombres y de manera frontal y nuevamente hizo agua por todos lados. Este equipo que se armó para ascender, hoy por hoy está viendo cuántos puntos le saca a los rivales con los que podría luchar por mantener la categoría. El Cruzado en los últimos partidos fue un equipo sin identidad y cada vez juega peor. El próximo fin de semana, arranca otro campeonato. Existe un margen de error, el Cruzado puede especular, pero obvio, el objetivo de volver a la B Nacional quedó muy lejos, al menos por ahora porque el equipo no logró recuperar la identidad perdida
