Primera C - LUJÁN 1 - ARGENTINO DE QUILMES 1

Luján acumuló otro partido sin poder ganar

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Enfrentó a un rival directo en los promedios: Argentino de Quilmes. Comenzó perdiendo con gol de Cristian Tello. Y luego lo empató Matías Peralta apenas comenzado el segundo tiempo.

Ya son 11 las fechas que el Lujanero no puede sumar de a tres. La impaciencia parece que ya se trasladó desde los hinchas a los jugadores. Los números apremian y el equipo no es el mismo. Ahora todo cuesta el doble y la fragilidad defensiva se respira en cada ataque rival. Este sábado a Luján le tocó dividir puntos con un equipo que pelea por lo mismo: sumar para escapar del descenso. No es una buena noticia. Enterrados los sueños del ascenso, ganarle a los de abajo es una necesidad imperiosa. Encima, Excursionistas, otro que pelea por lo mismo, ganó y le pisa los talones en los promedios al Lujanero.

No hubo grandes diferencias entre los dos conjuntos. Durante el primer tiempo el Mate manejó con más criterio el balón y generó las mejores chances. El circuito comandado por el 10 Cristian Tello y completado por Centurión, Leguiza e Ingendrón, hacía daño cuando se encendía. No monopolizó el balón pero controló el destino del partido. El Lujanero, en cambio, estaba incómodo, sin poder encontrar la forma de hacer pesar su localía.

El gol visitante cayó a los 31 cuando los mejores del equipo matero se juntaron y tiraron una pared; Tello tocó y fue a buscar la devolución de Centurión, recibió y sacó un disparo precioso que se superó a Ibarra.

El arranque del Lujanero en el segundo tiempo fue arrollador. Fueron los mejores minutos del equipo en muchos partidos. No sólo porque se comprometió con la necesidad de torcer el rumbo del encuentro sino además porque recuperó aquel volumen de juego que hizo ilusionar a muchos hace apenas meses. Máximo Rodríguez inició una jugada en su propio campo, desbordó, sacó un centro pasado y Matías Peralta, de pique al suelo, marcó al empate.

A partir de allí vino lo mejor del equipo dirigido por Delrío. Presionó, cuidó la pelota y justificó el resultado. Es cierto, las chances claras no abundaron, pero por actitud y convencimiento Luján empezó a merecer los tres puntos.

Sin embargo la ráfaga de fútbol no duró demasiado. Terminó siendo eso, una muestra efímera de lo que el Lujanero supo ser y ya no puede sostener. La irregularidad y falta de confianza volvió a ser evidente y el partido nuevamente se equilibró. Delrío probó con algunos cambios (ingresaron Gorosito y Paulacci) pero nada cambió. Fede Díaz seguía siendo la única esperanza (fue el mejor del ataque, como casi siempre) para desequilibrar y si el balón no pasaba por allí las posibilidades se reducían. En el final lo tuvo Gorosito pero definió muy mal. Luján sumó así una nueva frustración. Quién hubiese asegurado hace apenas dos meses que ganar terminaría pareciendo todo una quimera para este Lujanero.