Primera Nacional - ATLETICO TUCUMAN

¡Qué mala pata!

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Después de la primera pelota que recuperó cuando arrancó el partido de práctica de ayer, Luis Rodríguez entregó en acciones a quienes estaban fuera de la cancha central del complejo de Ojo de Agua sus ganas de volver ya a la titularidad y de ponerse al hombro, junto al resto de sus colegas, una situación que no da para más.

Parecía endiablado “Pulguita”. Quitó el balón cual volante central, encaró hacia el arco de Flores, pasó a uno, descaderó a otro; amagó en la zona roja y disparó cruzado. No terminó en gol su intención, pero ese movimiento global limpiaba las sospechas de que el delantero podría seguir en observación luego de haberse bajado del partido con Brown de Adrogué culpa de una contractura muscular. Estaba listo y a la orden de Diego Erroz para el choque del domingo contra Boca Unidos, en el Monumental.

Buscó todo el tiempo sociedad con otro futuro “regresado” Rodríguez, con Guillermo Acosta. Y cuando el calor de los minutos, de los pases, de las cesiones del cuero de un lado a otro, y de las salidas rápidas de contra, en la pantalla gigante del complejo se vio la toma que ningún “decano” esperaba ver.

Fue en una salida veloz de un córner en defensa. Flores buscó lejos con un pelotazo, Luis cazó al vuelo la pelota, la bajó y salió disparado al arco de Calviño. Segundos antes de probar suerte, al simoqueño intentan cerrarle el paso; centésimas antes de sacarse la marca de encima, “Pulguita” cae al suelo en quinta velocidad al compás de un grito desgarrador.

Ese “¡ayyyyyyy!” interminable, seguido de un gesto de impotencia absoluto, con la remera de entrenamiento tapándole la cara, lo decía todo. La caída había dejado sus secuelas. “Aparentemente es un desgarro”, llegó al final de la tarde el primer parte informativo de la situación del goleador, que del predio se fue cabizbajo.

“Mañana (por hoy) se le harán los estudios pertinentes para conocer el grado de la lesión. Puede que sea un desgarro”, confirmaban desde el cuerpo médico de Atlético. Justo en este momento tan frágil...

Si se apuró en volver a entrenarse el artillero, no. Llevó al pie de la letra la recuperación, incluso ayer a la mañana se hizo una ecografía. Fue una cuestión del destino que el isquiotibial de la pierna derecha vuelva a traicionarlo.

Por sus gestos de dolor, es un hecho consumado que Rodríguez se rompió. Igual, en Atlético no pierden la esperanza de que el simoqueño únicamente haya sufrido un porrazo y que lo que se vio ayer como una escena de una película de terror sólo forme parte de una clásica toma de un filme tragicómico, en el que el héroe es invencible.