El doloroso y pesado estigma del descenso, lastimosamente, afecta a los tres equipos salteños por igual. Marcó a fuego a Central Norte, el más complicado de los tres, que ya comienza a sentir las llamas en su piel. Tampoco debe descuidarse Juventud Antoniana (a 6 puntos del cuervo y de Chaco For Ever).
¿Y Gimnasia? Al igual que el azabache, ya está curtido casi desde el comienzo del proceso. El plantel sufrió y sufre en carne propia las dificultades, los sueldos adeudados y atravesó varios quiebres, desde la ya lejana partida de Víctor Riggio hasta hoy. Aunque, paradójicamente, podría llegar a ser el primero de los equipos de la provincia en sacarse la “mochila” de encima. Y puede lograrlo en una semana, siempre y cuando se concreten tres resultados posibles, entre sábado y miércoles.
Para cumplir con el objetivo primordial, salvar la categoría y lograr el anhelado desahogo con cuatro fechas de anticipación, el equipo de Salvador Ragusa está obligado a ganar sus próximos dos encuentros en la fortaleza que supo construir, el Gigante del Norte, el sábado, a las 20, frente a Unión de Mar del Plata y el miércoles, a las 22, ante Deportivo Maipú. Y para completar el “combo”, su rival directo, Rivadavia, libre el fin de semana, deberá empatar o perder el miércoles en Lincoln frente a Unión de Mar del Plata para que el albo pueda gestar su deseada salvación y concretar el objetivo que no estaba en los planes de los hinchas cuando arrancó el ciclo del Tano, pero que forma parte de la cruda realidad que hoy castiga a los salteños en la complicada divisional.
