Es el torneo más corto y con mayor premio de la historia de la divisional. Desde el momento de su gestación los clubes de la categoría, Atlético incluido, y los recién llegados, empezaron a forjar su sueño de ascenso a Primera a partir de los nuevos refuerzos y de mantener una sólida base de su vieja estructura.
Básicamente, mantener la columna vertebral era fundamental, y en ese aspecto el "decano" no se equivocó. Solidificó una línea y buscó enriquecer a otras. "Busqué futbolistas con hambre", fue el mensaje de hace unos días de Héctor Rivoira .
El entrenador de Atlético, quizás el máximo referente táctico de la historia de la institución por haber llevado al plantel a la A, se enfrenta a su mayor desafío. Y su resultado debe ser uno: entrar entre los cinco que obtendrán el pase al edén del fútbol de cabotaje.
No existe otro resultado posible. Es subir o fracasar, y en 25 de Mayo y Chile, aseguran, hicieron los deberes a la perfección para que en diciembre el club y su familia pasen la mejor Navidad y el mejor año nuevo posible.
Rivoira mejoró un plantel cuya base estaba bien marcada. Mantuvo a Cristian Lucchetti, uno de los mejores arqueros del certamen pasado; hizo lo propio con los zagueros centrales, entre ellos Bruno Bianchi, el hombre con aires de caudillo e ídolo en un futuro no muy lejano; despobló el mediocampo con la idea de encontrar vértigo y despliegue, conservó los goles de Luis Rodríguez, un asesino de redes, y nutrió de nuevos socios al simoqueño.
En la teoría, Atlético aprobó su puesta a punto con creces. No rozó la perfección porque está camino a hacerlo. Recién se sabrá si consigue el excelente 10 durante la competencia. Es ahí donde los jugadores deben ganarse tal honor. Y para ello, "Chulo" saldrá con artillería pesada.
Del medio hacia arriba, de los seis futbolistas que jugarán mañana en el debut contra Crucero del Norte, en el Monumental, cinco y medio, podría decirse, tienen una vocación natural por el arco rival. Son ultra ofensivos pero, a su vez, durante la preparación en Salta y en la provincia entendieron que si se va a la carga también hay que saber poner marcha atrás y regresar a colaborar con quienes cuidarán los palos de Lucchetti.
Promesas antes del inicio hay varias. Pero tal como lo dijo Rivoira, su equipo no tiene estrellas, sí futbolistas de buen pie y de nivel que desean superar la barrera de la mediocridad. Atlético se preparó para llevarse el torneo por delante, a puro triunfo. Deberá demostrarlo desde mañana.
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