Fue el partido más duro del campeonato para Unión Aconquija. El elenco andalgalense jugó contra todo: el rival, los nervios y una cabeza que estaba dividida en dos, entre lo que sucedía en la misma cancha de Tiro y lo que ocurría en Salta, con el escolta. Sin embargo, el sueño de gloria fue más fuerte y pudo imponerse agónicamente 1-0 ante Altos Hornos Zapla de Jujuy, en la anteúltima fecha del Torneo Federal A, para seguir quedar más cerquita del ascenso, que se hace esperar.
El central Ramiro González, a los 47 minutos del segundo tiempo, marcó el único tanto del partido y desató la euforia y la locura en las tribunas, que estuvieron repletas por una multitud ilusionada como los mismos protagonistas.
El "Estanciero" tuvo que luchar en la segunda mitad, por la expulsión sufrida de Eduardo Vilce, a los 27 minutos. El volante vio la segunda amarilla, por una dura falta. En la primera mitad, el juez tucumano Luis Lobo Medina, de polémica actuación, le había mostrado la primera tarjeta por protestar.
De esta forma, el "Estanciero" se aseguró terminar en lo más alto y, a pesar que de Central Córdoba ganó y sigue a tres, el sueño está más vivo que nunca.
La victoria fue una de las más sufridas. Quizás de esa forma se festeja más, quizás tiene otro sabor y quizás de esa forma, sólo de esa forma, se logran grandes cosas.
El conjunto jujeño vino a vender cara su derrota. Desde el inicio salió decidido a arruinarle el festejo al local, se plantó de igual a igual y con sus torres apeló al juego aéreo para molestar, aunque pocas veces llegó con claridad. Lo más peligroso de la visita fue un tiro libre de Cartello, que atajó sin problemas Cabral.
Unión, con el nerviosismo y la presión a cuestas fue. Zelaya lo tuvo en el segundo palo después de un error de la defensa jujeña, Ledesma también lo tuvo luego y Paz insinuó con un cabezazo. Sobre el final de la etapa inicial también lo tuvo Arce, pero su cabezazo quedó en las manos del "1" visitante. Aconquija ya era el dueño del juego, pero todo costaba el doble.
Y en la segunda mitad, ya sabiendo que Central Córdoba ganaba, todo fue incluso más difícil. De todas formas, el equipo de Mónaco fue. En el arranque De Muner lanzó centro y Zelaya le dio apenas arriba. Más tarde, Sacallán envió desde la izquierda y Moreno anticipó en el punto del penal para darle de zurda. Otra vez Piris le negó el gol.
Y eso fue Aconquija, mucho vértigo, centros al área rival y esperar que alguna quede servida. Pero no había caso. Para colmo, Vilce veía la segunda amarilla y se iba expulsado. Ni así Zapla terminó de animarse para ir en busca del gol y solo se conformó con arruinarle la fiesta al dueño de casa.
Y claro, se hizo justicia. El equipo que más ganas de ganar tuvo, se quedó con el premio. En la última pelota clara del partido, cuando todos hacían números y pensaban que podría pasar en la última fecha, llegó el estallido.
Moreno lanzó un tiro libre, la pelota rozó en algún jugador y alguien la empujó en el segundo tiempo. "Alguien" porque a nadie le importó quien la empujó, lo más importante era que la pelota había tocado la red. Luego todos fueron a abrazar a González, el héroe de la tarde.
Así, de manera épica, Aconquija ganó y sueña, como toda una provincia. Ahora habrá que esperar pero lo importante es que la posibilidad es más firme que nunca.
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