Primera B - LOS ANDES

El arquitecto Nardozza

El entrenador de Los Andes edificó un equipo que fue puntero de principio a fin de campeonato y logró el ascenso ante Almagro ganando 3-1. Las claves de un técnico que le llegó al plantel, tanto a los que jugaban como a los que no tuvieron minutos. Su idea, los cambios y el futuro.

Llegó para reemplazar a Felipe De La Riva luego de aquella dura derrota de Los Andes ante Flandria, y mostró su identidad.
Desde el vamos, en aquel duelo por la Copa Argentina, Fabián Nardozza planteó un equipo con una intención de buscar el arco de enfrente, ser agresivo y presionar en todos los sectores de la cancha.

Los resultados llegaron rápidamente, pero tras algunos traspiés inesperados en la recta final del campeonato, el "Milrayitas" se quedó fuera del Reducido.

El proyecto de fútbol comenzó a mostrar señales de cambio en el club, ya no se rescindian 20 contratos para traer a otros tantos, sino que se apostó el mantener la base, y junto con eso el técnico.

Con los jugadores que se quedaron, mas algunos refuerzos, se emprendió este certamen que fue el de la coronación para un muy buen entrenador, que se sacó algunos kilos de encima tras el pitazo de Mastrangelo y que lo tiene merecido además porque en el ambiente es considerado "un buen tipo".

Le llegó al jugador mediante su palabra y trabajo. Pudo hacer sentir motivados a los que jugaban los 90 minutos de cada partido, como a los que no tenían tanta injerencia en el juego.

En el comienzo sorprendió con Diego Galeano, un mediapunta nato, de volante por derecha y no se equivocó. Arrancando desde atrás, el ex Santamarina fue el de mas desequilibrio en las 20 fechas, y fue tan imprescindible que hasta se lo tuvo que infiltrar en el último mes.

Sin Segovia desde el amanecer, le dio la confianza a un caudillo como García que tuvo el mejor semestre de su vida.
Confió en el binomio de la mitad e hizo capitán a ese líder natural y positivo como es Lorefice.
En el armado, puso a Cisterna por izquierda, lugar importante en el retroceso y el avance, y además, le entregó la 9 a Noriega que devolvió con creces esa "banca" a partir de sus 11 goles.

El equipo tenía solidez, no le convertían y además contaba con variantes ofensivas para vulnerar a los rivales.
Se encontró el camino, se desfiló en la primera ronda y luego vino una segunda rueda que iba a ser mas complicada de manera lógica pero todo terminó de la mejor manera.

Fue artífice de aquella heroica noche en Vicente López donde en el entretiempo sorprendió a los futbolistas diciéndoles que el partido se ganaba cuando estaban dos goles debajo de Acassuso.
Movió las piezas, se jugó varios plenos y acertó todos. La entrada de Ruibal fue la clave para gestar el grito de Lorefice.

Quizás en el epílogo, con el afán de cerrarlo cuanto antes fue a buscarlo con todo frente a la UAI Urquiza y el resultado fue negativo, aunque en el trámite nada tuvieron que ver las modificaciones, sino un error individual.

Contra Italiano, también hubo variantes para ir hacia delante, se desguarneció un tanto el sector izquierdo, peor también la historia se determinó por un penal marrado. En dicho juego, la inclusión de Mauro Pajón fue gravitante, cuando podía llegar a haber otras alternativas para el reemplazo de Lorefice.

Para la última fecha, quizás por obra del destino, el chico Soria, jugador al que le había dado la confianza la semana anterior, marcó el gol de la explosión para el 3-1 que decretó el ascenso.

El futuro seguramente lo tendrá en el banco para el 2015, manteniendo la base y trayendo algunos refuerzos para dar un salto de calidad, y estar a la altura de la categoría.

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