Darío Cajaravilla ya es jugador de San Martín para esta temporada, y el defensor asegura que no hay muchas diferencias entre jugar en la B y el Federal A, por eso se decidió en llegar al Santo.
Darío Cajaravilla llegó para reforzar la zona central de la defensa, buscará ganarse el puesto de zaguero central, lugar en donde se convirtió en un referente de Aldosivi de Mar del Plata, club en el cual jugó la mayor parte de su carrera.
"Estoy tranquilo y contento de estar en un club lindo como este que tiene tanta gente y tanta historia", decía el marplatense que llegó en el arranque de la pretemporada y es uno de los jugadores claves para esta nueva etapa.
¿Qué te convenció de venir a Tucumán, para jugar en San Martín?, le preguntamos. "Es una ciudad muy futbolera, que lleva muchos hinchas, que siempre va a tratar de dar pelea en los campeonatos y que vive el fútbol diferente a muchos otros lados", respondió sin dudarlo.
"Yo jugué muchos años en Mar del Plata y ahí no se vive tanto el fútbol como se vive en las otras provincias, y la verdad que es increíble la cantidad de gente que hay fanática del fútbol acá", añadió el jugador que afirma que la motivación de jugar a cancha llena siempre genera un plus a cualquier jugador.
Sobre cómo fue la charla con Tempesta y los objetivos planteados por el entrenador para sumarlo a su proyecto, el defensor explicó lo siguiente: "yo lo tuve hace muchos años cuando recién arrancaba y él me conoce, me habló de venir acá para pelear, y uno siempre quiere pelear arriba sino no hay incentivo, me gustó el proyecto y no lo dudé en venir".
En cuanto a su llegada al Santo, Cajaravilla reconoció que "he tenido ofertas de Nacional B, pero no de un club grande como este". "La verdad que hoy por hoy entre Nacional B y Federal A, no hay tantas diferencias en lo económico ni en lo futbolístico, entonces entre elegir un equipo no tan grande de Nacional B y un equipo grande como San Martín, obviamente decidí por estar acá", sentenció el marcador central.
Sobre qué cosas rescata de su tarea como jugador, el hombre de 34 años afirma que trata de ser "ordenado, siempre con sacrificio y dando todo lo mejor de mí" En cuanto a sus sueños sólo espera que, "ojalá me puedan salir las cosas y darle lo mejor al club", aunque también se anima a las alegrías: "¡ojalá haga algún gol de cabeza!", tiró en el final.
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