Gimnasia y Tiro volvió a dejar escapar de sus manos un objetivo trazado: primero tuvo que resignar el ascenso directo, y tras perder el pasado lunes ante Sportivo Belgrano, en el Gigante, se le escurrió de entre sus dedos “el premio consuelo”: la posibilidad de terminar entre el segundo y el quinto lugar, situación que le hubiese permitido un “handicap” que hubiese allanado más su camino en la búsqueda del segundo ascenso. El albo fue ante el verde, otra vez, una sombra de su pico más alto de la competencia, pero esta vez la falta de confianza grupal, las garrafales desatenciones defensivas, el bajón anímico y la magra fortuna confabularon para que el equipo de Víctor Riggio enerve más de la cuenta a sus hinchas y comprima el -disimulado- malestar de sus dirigentes. La subcomisión de fútbol ratificó ayer que “banca” al plantel y al cuerpo técnico, y lo expresó en una extensa charla que mantuvo en la jornada posderrota con los referentes del grupo de jugadores. Sin embargo, silenciosamente, el cuerpo directivo no olvida la amenaza de medida de fuerza por sueldos y premios atrasados (que posteriormente se cancelaron) antes del clásico. Y al malestar por el mal juego ante el santo se añadió el alerta por la escasa solvencia y la cantidad industrial de goles que el equipo viene recibiendo en casa. “Se levantó el bajísimo nivel del clásico, pero no ligamos. Los jugadores deben convencerse de lo que pueden dar. No faltaron huevos ni actitud, eso está claro. Bancamos al Tano (Riggio), está a tiempo de enderezar el rumbo. Pero hay que ser sinceros, jugando así a Gimnasia no le alcanza para ascender”, fue la opinión de Raúl López en diálogo con El Tribuno. El directivo no pasó por alto la situación de la amenaza de medida de fuerza al reconocer que “cayó mal. No nos gustó y se lo hicimos saber, pero quedó todo aclarado. Gimnasia puede ascender, pero no jugando así. Se necesita un golpe de timón. La defensa es muy frágil. En los siete partidos invicto nos hicieron un gol, y en los dos últimos de local recibimos ocho”, advirtió López, quien reconoció que prefiere no enfrentar a Juventud en el play-off. Riggio y la barrera fallida El albo volvió a tropezar con la misma piedra el lunes pasado frente a Sportivo Belgrano: la desconcentración, que trajo como consecuencia la segunda derrota consecutiva. Masticando bronca y digiriendo el duro golpe, Víctor Riggio analizó las fallas puntuales: “El equipo no ligó, se equivocó, tuvo errores en las marcas, al rechazar y no armó bien la barrera”, explicó el Tano fastidioso en relación con el segundo gol de Sportivo, un error garrafal a la hora de alinear los hombres que debían neutralizar el disparo de Francia. Luego el Tano agregó: “Defensivamente, si sacás los dos goles de pelota parada, no tuvimos desaciertos. Nos dormimos en un corner, esa es la realidad, no marcamos y llegamos tarde. Hay cosas que no están saliendo como tienen que salir”, consideró el DT con respecto a la falta de concentración de sus dirigidos. Gimnasia debe hacer borrón y cuenta nueva para visitar el sábado a San Martín, a las 16, en La Ciudadela tucumana (será sin público visitante)
