Aunque la frase suene a trillada, se adapta perfectamente al fixture que le resta al Ferro en la B Nacional. Y el tramo final será "no apto para cardíacos": de las últimas 8 fechas, 7 serán ante rivales directos.
La pelea por la permanencia en la B Nacional está al rojo vivo. A tal punto que, a falta de quince fechas para el final, por lo menos doce de los veintidós equipos no pueden "dormir tranquilos" pensando en que están lejos de sentirse salvados.
Central Córdoba es uno de los más comprometidos, por ahora penúltimo en la tabla de los promedios de la que perderán la categoría los últimos cuatro, pero de los quince rivales que le resta enfrentar, nueve están en la pelea. Es decir que son rivales directos. Y a siete de ellos los enfrentará en las últimas ocho fechas, por lo que se viene un cierre de certamen infartante para el Ferro, que sueña con mantenerse en el sitial que le costó más de 22 años recuperar.
Tener que enfrentar a tantos equipos involucrados significa que, en cierta manera, el equipo de Luis Medero depende de sí mismo. Y cuando se reanude el torneo, el próximo martes 11 de agosto, tendrá una prueba de fuego ante Guaraní Antonio Franco (el último de los promedios), en Misiones. Es que al Ferro le viene costando ante los rivales directos y no puede permitirse volver a flaquear en ese aspecto.
Le pasó en la última jornada, en la que cayó ante Chacarita y en condición de local. Pero ya lo había sufrido también ante el Funebrero en San Martín (es cierto que por entonces, Chaca peleaba arriba y no abajo), ante el mismo Guaraní en el Oeste, con Unión en Mar del Plata y ante Ferro en Buenos Aires. También perdió con Atlético Paraná, de local, y con Boca Unidos en Corrientes.
En este rubro, le fue bien ante All Boys, Sportivo Belgrano y Gimnasia de Mendoza (a todos los venció en el Oeste), empató los dos partidos con Brown y también igualó con Estudiantes, en San Luis.
Otro punto a mejorar es de visitante. Central aún tiene el "karma" de no haber ganado fuera de casa y dejó escapar chances increíbles. Y si bien le podría alcanzar con ganar los 7 de local que le quedan para salvarse, en casa la efectividad decreció. Con Medero, ganó los 5 primeros, pero de los últimos cuatro, ganó 1, empató otro y perdió 2.
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