Primera Nacional - ESTUDIANTES SAN LUIS

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Estudiantes San Luis, El Puntano

Moreira Aldana: "No fue fácil llegar, pero hoy disfruto y trabajo para seguir creciendo"

Hace tres años que Roberto Moreira Aldana vive en San Luis. Llegó para jugar el Argentino B de AFA y en poco tiempo se transformó en uno de los pilares que marcaron el éxito del equipo puntano y su ascenso al Nacional B. Es el goleador del plantel y uno de los más queridos y admirados, principalmente por los niños que al final de cada partido lo demoran en la puerta del vestuario para robarle una foto, una sonrisa o una firma. Es el ídolo de los hinchas que donarían un sector de la popular para dedicarle un monumento.

Esta semana, después del gran triunfo ante Los Andes donde concretó dos goles, "El Paragua" sorprendió a las inferiores con su visita, sus charlas y sus reflexiones. Por eso la práctica que se interrumpió les regaló una tarde inolvidable. La experiencia permitió que los jugadores del Sub 17 como otros de las categorías más chicas de Estudiantes conocieran un poco más del goleador carismático que tiene el Verde; de ese jugador que sonríe y que no se cae en la cancha ni aunque le duela el alma.

Entonces les relató todo lo que pasó hasta el presente que lo tiene en la segunda categoría del fútbol argentino. "Nada fue fácil pero desde chico tenía el sueño de ser jugador, y la constancia y perseverancia que tengo han sido fundamentales en mi vida", les dijo a los jugadores que son hoy el semillero.

Roberto nació en Asunción, Paraguay, el 6 de mayo de 1987; y hasta sus 16 años jugó en el fútbol amateur de su país. Después, movilizado por sus sueños viajó hacia Córdoba para vivir en la pensión de Talleres y recién ahí empezó a transitar un camino profesional.

Dejar su familia para vivir solo en un país desconocido, fue tal vez lo más difícil, pero también lo que terminó de reafirmar sus convicciones. "Era muy chico y aunque tuve que pasar momentos difíciles, siempre tuve claro mis objetivos. Hoy disfruto del fútbol y no dejo de trabajar para seguir creciendo".

Roberto le agradece a Dios la familia que tiene, le agradece cada vez que se levanta y le agradece con las manos en alto y mirando el cielo cada vez que pisa el Coliseo. Le agradece el cariño que recibe de la gente sea por donde sea que camine. Sabe que lo admiran por sus goles, pero lo que más feliz lo hace es saber que lo admiran por su sencillez y su sinceridad, y por eso también da las gracias a Dios.

Roberto es el de los músculos marcados. El que entrega el corazón, el que transmite garra y sacrificio. Es el hombre de la fe, el que corre como si el mundo se acabara, el que trabaja para seguir cumpliendo sueños.

Después de los entrenamientos disfruta de los momentos en familia que le regalan su esposa y su hijo. Pero a finales de noviembre recibirá una nueva alegría: será padre de una niña. Ojalá que el nacimiento lo celebre con el gran objetivo cumplido de dejar a Estudiantes en la categoría que hoy transita por primera vez en la historia.