El arquero suplente Mauro Ruggiero tuvo su chance el último fin de semana y la aprovechó. El Decano sigue soñando pero con los pies en la tierra: "llegamos con un envión bárbaro".
-¿Cómo te sentís después del encuentro contra Juventud Unida, que no fue nada fácil?
-La verdad que se sufrió un poco más de la cuenta, sobre todo con el tiro en el travesaño del final, pero muy tranquilo y contento por el resultado. Fueron tres unidades muy importantes. Vamos a ir por más, con los pies sobre la tierra, pero nos quedan dos partidos y buscaremos sacar los mejores resultados.
-Realmente se sintió como un cotejo digno de un clásico.
-Se jugó como un clásico y se vivió como tal. No hubo mucho juego, y creo que si hubo un equipo que intento jugar más fuimos nosotros en el mayor tiempo. De igual manera, todo el equipo dejó la vida y por suerte pudimos llegar a ganar este encuentro.
-Todos al pie del cañón en esta plantilla, ¿es así?
-Sí, seguro. Creo que así jugó todo el plantel a lo largo del torneo, somos 30 y todos han tenido sus minutos y lo supieron aprovechar. Es importante para el técnico y para el equipo.
-Llegó el pitazo final y se te vio festejar en grande. ¿Fue una descarga personal incluida?
-Sí, seguro que fue una descarga personal. Porque uno la pelea, lo viene haciendo desde hace rato y esto es importante para uno y para que en el club sepan que puedan confiar con mi presencia en el arco. Además estaba la familia ahí, así que me descargué.
-Después te fuiste corriendo a saludarlos…
-Sí, mi señora y mi hijo están conmigo. Pero también vinieron mis viejos, cuñados, suegros, todos. Están siempre conmigo apoyándome, no se los ve seguido, así que darle el triunfo y mantener el arco en cero es importante para mí y sé que para ellos también.
-Y también para lo que queda, se viene el cierre de año y llegar con este envión anímico es importante.
-Sí, seguro. La verdad que fue un resultado muy importante para nosotros, para seguir escalando con toda la humildad del mundo y los pies sobre la tierra. Pero sí, es importante porque llega el final del torneo y llegamos con un envión bárbaro.