La historia dirá si este plantel de Patronato fue integrado por héroes o mendigos. Como dice la frase: "nadie se acuerda de los segundos".
Lo bueno es que esta novela tiene un capitulo más para escribir y uno que llega junto al final del cuento. El esfuerzo denodado de todo el equipo Santo a lo largo del año futbolístico se merece un premio. Patrón marcó el ritmo del campeonato y no merece quedar con las manos vacías.
Los dos goles de diferencia son una gran prueba de fuego para estos gladiadores vestidos de armaduras rojas y negras. En Tandil el fútbol volvió a mostrar unos de sus dichos infalibles: "los goles no se merecen, se hacen". Patrón mereció todo el tiempo ponerse en ventaja, pero siempre corrió de atrás. Santa sacó una diferencia increíble, que nunca buscó, con la que se encontró y que se puede dar vueltas. Futbolísticamente el equipo de Iván Delfino demostró ser más que su adversario de turno, pero no tuvo eficacia y los goles que marró, entraron en su arco.
Hay cuestiones en este tipo de torneos que están emparentadas con las malas decisiones dirigenciales a la hora de diagramar una competencia. Además en este deporte, la caprichosa pelota de fútbol es la que determina quien se lleva el premio y el Negro aún no tiene un reconocimiento por estos factores. Pero siendo repetitivo, la historia aún no tiene escrito su final y en barrio Villa Sarmiento sobra fe, para que el representativo Rojinegro pueda ser de Primera División.
UN RIVAL TRAICIONERO.
Patronato lo tenía maniatado a Santamarina. El estadio Municipal General San Martín estaba enmudecido. En todas las trasmisiones se hablaba del dominio Rojinegro. Pero Santa esperó su momento. Estuvo replegado y cuando pudo se desató y le clavó un puñal al Negro y otro. El elenco de Gustavo Coleoni se convirtió en un verdugo artero y traicionero. Pero no lo mató. Patringa está con vida y en las redes sociales ya se avizora un estadio Grella llenó, como en sus mejores noches, aquella del ascenso al Argentino A en el 2008, o como en aquel histórico triunfo en semifinales ante Cipolletti de Río Negro y en esa final del 2010, cuando ante el mismo rival del próximo fin de semana, lograba el ascenso al Nacional B.
LA ILUSIÓN INTACTA.
El optimismo de la gente de Patronato en las calles es importante. Habla claramente que el equipo estará bien acompañado el domingo. Los hinchas organizan un banderazo para el sábado en apoyo al plantel y la inmensa mayoría cree que la historia se puede dar vueltas.
Los dos goles de ventaja tras el 3 a 1del pasado domingo en Tandil golpeó al equipo, que no debe desdibujarse. Patronato tiene que hacer lo mismo que realizó durante gran parte del año en su cancha. En el Grella le tiró el cuerpo encima a sus rivales y logró conseguir resultados positivos, sobre todo contra los rivales más difíciles.
Saber que se puede es la clave. Acompañar al equipo como siempre es lo que le queda al hincha y a los jugadores defender la camiseta como siempre, con hidalguía, solidaridad, tranquilidad, inteligencia y mucho amor propio. Así Patronato será de Primera.