Lisandro Mendoza en este mercado de pases llegó como refuerzo del Deportivo Armenio, pero antes de que comience el torneo decidió alejarse de la actividad profesional.
En 1998 dejó su querido San Nicolás en búsqueda de un sueño, el convertirse en jugador profesional. River y Gimnasia de La Plata fueron sus primeros pasos como joven deportista, atrás quedaron amigos, familiares, recuerdos de su querida ciudad. Los guantes y la pelota fueron su única compañía en el camino del fútbol. En ese camino se topó con tiempos malos y buenos, pero él siguió firme con su meta entre ceja y ceja. En el 2003 llegó el tan ansiado debut con el buzo del Deportivo Español, club que lo cobijó durante seis años en la pensión y tantos recuerdos le traen.
Rápidamente tuvo un paso por Atlanta y Temperley, para volver a su primer amor en 2008, Español. Más tarde, se mudó a Caseros para vestir el buzo de Estudiantes; luego tuvo un paso por Aldosivi de Mar del Plata, Brown de Adrogué, Flandria, Central Norte de Salta y Deportivo Morón, una carrera intachable por donde se la mire.
Con mentalidad firme y abrumadora llegaba en el inicio del mercado de pases al Deportivo Armenio, con el objetivo de salvar a la institución del descenso. Sin embargo, él no contaba con esas características que lo llevaron a convertirse en jugador profesional. Por ende, a sus 31 años decidió dejar la actividad profesional.
"Fue una cuestión personal, llegué a esta decisión junto con mí familia, me voy a retirar del profesionalismo. No estoy disfrutando más de jugar al fútbol, mi personalidad me llevó a ser futbolista profesional, hace trece años que lo soy, creo que llegó el momento de dejar el fútbol". Convencido en sus palabras, Lisandro Mendoza con voz resquebrajada decide colgar los guantes y ponerle fin a su carrera.
Con respecto al Deportivo Armenio, lugar donde estaba todo encaminado para que sea nuevo jugador, comentó lo siguiente: "Hablé con Marcelo Luca (entrenador de arqueros que lo acercó a la institución), le expliqué la situación, le pedí disculpas por hacerles perder tiempo a ellos y al club, pero era lo mejor que podía hacer. Anímicamente no me siento bien, estoy desgastado, no me siento con la utilidad de antes. Entonces me pareció que lo más ético era hablarlo con él y que busquen otro arquero. Tomé la decisión de abocarme a mi familia, en mi hijo de 5 años que por cuestiones deportivas lo he disfrutado poco. Voy a empezar una nueva vida junto a ellos".
Conmovedoras palabras de Mendoza, que deja en claro que el dedicarse al fútbol puede ser muy lindo pero en algunos casos hay que dejar varias cosas de lado y muchas veces trae serias consecuencias a lo largo de la carrera deportiva. Resignar cumpleaños de familiares, amigos, nacimientos y otros eventos que son importantes en la vida de cualquier persona.
"Ya no sentía ese amor propio que me caracterizaba, no sentía correr ese fuego por este deporte, no me importaba que me hagan goles, yo dije que cuando no sienta eso iba a dejar el fútbol. Hace 2 años que vengo analizando esto, lo hablé con mis padres y esposa, ellos me alentaron en mi decisión. Ellos veían que me estaba costando mucho ser feliz y creo que llegó el momento".
Claro en sus declaraciones y explicando por qué llegó a esta decisión, que seguramente le ha sacado un peso muy duro de encima.
Ahora se encuentra unido a su familia y en un futuro no muy lejano anhela volver a su primer amor: "Me gustaría seguir vinculado con el Deportivo Español, ayudar como entrenador de arqueros y aportar mi granito de arena porque es la institución que más quiero".
Lisandro Mendoza no se lamenta de nada, recuerda su paso por los diez clubes, algunos partidos y atajadas que quedarán guardados en su memoria y pasarán a ser un hermoso recuerdo de su época bajo los tres palos. Ahora se encuentra viviendo una nueva vida, junto a su familia y a sus seres queridos. El "1" dijo basta.
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