Cuando sale lo que se planifica, se puede conseguir lo que se busca. Atlético Paraná superó a Chacarita y alcanzó su primer triunfo de visitante del campeonato.
Fue una presentación que se esperaba. Atlético Paraná consiguió el último sábado una victoria importante, que tiene un valor extra más allá de los tres puntos. No sólo por la jerarquía del rival al cual enfrentó, como Chacarita Juniors y porque venía con una racha positiva de 14 partidos sin derrotas, sino también por la forma en cómo jugó y lo que significa ello en el aspecto moral para el equipo.
El cuerpo técnico del Decano planificó detalladamente ese partido y lo pensado se pudo plasmar en cancha del Funebrero. Esta vez le salió. En otras oportunidades se prepara mucho una manera de jugar de acuerdo al rival que se tenga enfrente, pero no sale lo que se pretende y así los resultados no son los esperados.
Paraná superó en lo táctico, en el juego y en la actitud al Tricolor. Y con argumentos propios construyó la gran victoria por 2 a 0 como visitante en uno de sus mejores desempeños en lo que va del certamen. Se sabe que la pelea del Gato está en la tabla de promedios, que es en eso en lo que debe pensar y cada unidad recobra cada vez mayor importancia. Si bien aún falta muchísimo para el final de la temporada, ese triunfo lo hizo escalar al Rojiblanco unos puestos más para alejarse un poquito de la zona roja. Y así se respira de otra manera, porque no se está ahogado y sabe que el camino que va transitando es el correcto.
Los dirigidos por Darío Ortiz salieron al terreno de Chacarita mentalizado en que podían ganar, en que el rival ni la gente ni su historia los asustaba. Que si en cancha ellos hacían lo que se había preparado en la semana podían dar el batacazo de la jornada. Y lo dieron.
Ser protagonista desde el mismo momento en que empezara a rodar la pelota, de jugarle de igual a igual al adversario, de faltarle el respecto en la cancha y atacarlo por los costados, era lo que estaba en los planes realizar. Ese libreto se llevó a cabo y se alcanzó el mejor resultado.
PEGÓ EN SU MOMENTO. El Decano jugó un gran primer tiempo ante Chaca. Se paró con solidez en defensa, le quitó el balón al dueño de casa para manejarlo con precisión y criterio en los pies de Pablo Lencioni, casi sin fallar en un pase a un compañero, complicó bastante por izquierda cuando se juntaron Mauro Pajón y Alexis Ekkert, por derecha fue desequilibrante en los momentos oportunos Walter Mazzolatti que estuvo bien apoyado por Jonatan Belforte, y en el área Felipe Cadenazzi fue un problema constante para la zaga Funebrera que se vio vulnerada y eso la llevó a cometer errores. Y de ahí el Gato sacó provecho para abrir el marcador con Feli y después aumentar con Jony, pegando en los momentos justos. Aunque previamente a esos goles, el equipo de la capital entrerriana ya había tenido otras chances que no capitalizó por lo que merecía romper el cero frente a un rival que se vio sorprendido por el planteo visitante y que lo incomodó en todo momento, hasta el punto que casi no generó una ocasión de gol salvo un cabezazo de Germán Re y un disparo de Maximiliano Casa.
Además, su goleador Rodrigo Salinas estuvo muy bien controlado por los centrales y no le dejaron ni una ocasión propicia que pudiese lastimar.
ENTERRÓ UNA RACHA. Claro que en el complemento todo cambió, porque Chacarita se vio obligado por la circunstancia a salir a buscar el descuento e incluso su entrenador Walter Coyette colocó más gente en ofensiva con la intención de lastimar al Decano. Eso forzosamente obligó al retroceso de sus líneas por parte de la visita y al DT a poner gente para la contención formando dos líneas de cuatro defensivas para cuidar la diferencia y la victoria que estaba logrando.
En esa etapa el dueño de casa tuvo la posesión del esférico el mayor tiempo pero no encontró la forma de romper el cerrojo defensivo de un Paraná que se mostró concentrado, firme, comprometido y que defendió cada pelota con el corazón como si fuese la última para sostener lo que había construido. Incluso, parado de contra como estaba, tuvo un par de posibilidades para definir la historia por un gol más, pero se falló en la finalización de la jugada.
Por su parte, Chacarita tuvo sus posibilidades más claras para el descuento en los últimos minutos del partido y allí, cuando la defensa se vio superada, apareció la seguridad del arquero Yair Bonnin para ahogarle el grito de gol al Funebrero y su gente, que vio como se moría el partido y en su propia casa quedaba enterrada la racha de 14 encuentros sin caídas.
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