Atlético Paraná no pudo revertir el mal primer semestre de campeonato y continuó su camino descendente en la tabla de promedios. Hoy es uno de los equipos que pierde la categoría.
Las esperanzas estaban, y aún están, depositadas en el cuerpo técnico y plantel de Atlético Paraná para revertir este mal año en lo futbolístico y conseguir los puntos necesarios para en el 2017 salvar la categoría. El fantasma del descenso asusta en barrio San Martín, y cada vez más.
El duro traspié que sufrió el Decano en la noche del domingo en Corrientes por 3 a 0 ante Boca Unidos dejó abierto varios interrogantes y el fundamental es saber si el equipo tiene la mentalidad ganadora suficiente para quedarse en la Primera B Nacional. Hoy, la responsabilidad de este momento recae sobre el director técnico y algunos jugadores que no han rendido en la manera que se esperaba. Hoy se tiene más en cuenta esta última parte del campeonato, pero no hay que olvidarse tampoco del pésimo primer semestre que tuvo el Gato que es el principal motivo por el cual se está viviendo este triste presente.
En el certamen de transición 2016, el Rojiblanco sumó 19 unidades en 21 presentaciones, producto de tres victorias, diez empates y ocho derrotas; y fue una de las vallas más vencidas. En esa etapa tuvo una racha de 14 fechas sin ganar. En el campeonato actual, el Decano contabiliza 20 puntos en 19 encuentros, con cinco triunfos, cinco igualdades y nueve caídas. Es decir que realizando una comparación de un torneo a otro y con dos técnicos diferentes, en este segundo semestre se ganaron más partidos pero se consiguieron menos empates, y en cuanto a derrotas hay una diferencia de una más ahora que en el anterior torneo, aunque con dos partidos menos disputados. Ello refleja la floja temporada del Rojiblanco en el 2016 que se va.
EL RENDIMIENTO
La llegada de Darío Ortiz a la conducción le dio otro aire al plantel, pero evidentemente eso no fue suficiente para salir del todo adelante. Los refuerzos que se sumaron para este campeonato hasta ahora no han rendido como se lo imaginaba el entrenador, que es quien más los conocía, y se espera ver mucho más de ellos. La seguidilla de enfrentamientos influyó en el rendimiento colectivo y fue causante de molestias físicas para algunos futbolistas; pero ello no es una excusa muy valedera porque todos los elencos se han encontrado en las mismas condiciones. Está claro que en ese aspecto hay algo por corregir y mejorar.
En cuanto al rendimiento individual, solamente cinco futbolistas sacaron un "aprobado". Leonardo Morales, Pablo Lencioni, Jonatan Belforte, Felipe Cadenazzi han sostenido a lo largo de los 19 cotejos disputados una performance acorde a las expectativas, y un escalón más abajo se puede citar a Alejandro Manchot, quien luego de un comienzo con muchas dudas supo asentarse y con el correr de los partidos fue acallando algunas críticas que pesaban sobre él.
Después, para la consideración de terceros hay futbolistas que no pudieron ganarse un lugar indiscutido en el equipo, pero para la vista del técnico han cumplido y por ello los mantuvo entre los once titulares. Aunque también es cierto que otros players cuando entraron a la cancha rindieron, sin embargo posteriormente no se los volvió a tener en cuenta.
Claro que el entrenador es quien está en el día a día y sabe mejor que nadie porqué elige a unos y no a otros. De todas maneras, a la vista ha quedado que algunos futbolistas tuvieron en cancha más minutos de lo que merecían por sus performances y son ellos quienes deben ganarse su lugar mejorando.
El entrenador arrancó con una idea futbolística y en el camino fue cambiando de acuerdo a las necesidades, aunque siempre pensando más en el arco rival. No se le discute su vocación ofensiva, pero sí se le puede reprochar la falta de carácter del equipo que es necesario para imponer el respeto frente al adversario. Paraná se está jugando la permanencia en la segunda divisional del fútbol argentino y se debe tomar real dimensión de lo que eso significa.
LOS FACTORES NEGATIVOS. Muy pocas veces el técnico pudo repetir una formación de una fecha a otra, las molestias musculares de sus dirigidos han sido el factor determinante para tener que modificar la alineación. Las desatenciones en determinados momentos de un partido y la falta de gol fueron los principales problemas que padeció el Decano y ello le significó dejar puntos en el camino. Solamente los enfrentamientos contra Flandria (en el debut), Argentinos Juniors en La Paternal y el segundo tiempo ante Central Córdoba de Santiago del Estero en el estadio Pedro Mutio, el Gato fue superado de manera indiscutida por el rival. Después, en la mayoría de los encuentros el elenco de barrio San Martín no fue inferior a nadie en el desarrollo del juego, pero sí lo superaron en el marcador porque el adversario supo lastimar cuando tuvo sus posibilidades. Así se sufrieron nueve reveses, y varios de ellos sin merecerlo.
SE PUEDE
Pero la realidad de los números marca que Paraná está en zona de descenso directo, eso es innegable. Por lo que si no revierte la situación a partir de la reanudación del campeonato, el descenso tan temido se puede convertir en una triste y dolorosa realidad. Aún se está a tiempo, quedan 25 partidos por disputar, 75 puntos en juego y consiguiendo al menos 35, el Decano puede permanecer en la categoría.
Zafar de esta situación depende de todos, fundamentalmente del técnico que encuentre las soluciones necesarias, elija los dos refuerzos de jerarquía, y sepa torcer el rumbo a tiempo; de los futbolistas que cambien su mentalidad y afronten cada partido con personalidad como si fuese una verdadera final dejando hasta la última gota de sudor en el verde césped; y de los dirigentes, quienes en este momento deben hacer el máximo esfuerzo económico para conseguir las incorporaciones de nivel que le puedan dar al equipo lo que le está faltando: el gol. Se puede lograr el objetivo. Entre todos, cada uno dando lo mejor en la faceta que les toca responder.
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