Las claridades en la idea de juego del DT Duilio Botella contrastan con el malestar en el albo por el tedioso parate de las competencias.
Muchos afirman que la situación no da para más. Y cuando una actividad que debiera ser próspera y móvil está detenida y viciada de deudas y conflictos, como en todo orden de la vida, son los estamentos más bajos de la sociedad los que pagan las consecuencias más graves. El fútbol no escapa a esta realidad y la incertidumbre sobre su arranque afecta a todos los actores, pero principalmente a las categorías más castigadas, como el torneo Federal A, donde la realidad de muchos clubes es apremiante y las deudas ya castigaban a sus planteles, incluso desde el año pasado. La historia particular de Diego Sueldo, volante de Altos Hornos Zapla, que destacó un reconocido diario nacional (el futbolista vende sandwichs para darle de comer a su familia) pinta de cuerpo entero una realidad que pasó a ser común por estos tiempos y que no debería ser noticia.
Gimnasia y Tiro, club con una economía relativamente austera y ordenada a comparación de otros tiempos, tampoco está al margen de las implicancias negativas de este vacío competitivo que lleva ya tres meses. Y sin competencia, recaudaciones ni sponsors firmes, la dirigencia se hace añicos para cancelar haberes atrasados y mantener contento y motivado a un plantel que hizo los deberes en el primer semestre del Federal A. La molestia de los dirigentes también se hace extensiva al plantel y al cuerpo técnico, que ya encontró la base para buscar el ascenso en el nonagonal que se viene, aunque las cuantiosas certezas en lo futbolístico contrastan con la incertidumbre y el malestar por el no arranque de las competencias. Ellos también necesitan como el aire de ese movimiento en las taquillas que les pague los sueldos y no desenfocarse de su objetivo al cumplirse dos meses de incierta espera y extensa pretemporada.
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